(Caracas, 08.12.2023. Prepara Familia). La situación humanitaria aguda y sostenida que enfrenta Venezuela, caracterizada por la pobreza generalizada de la mayoría de la población, reducción del consumo de alimentos y medicinas, crisis de los servicios de electricidad, agua, gas y transporte, crisis de la atención en salud y del sector educativo, la fracturación familiar ocasionada por la migración, junto a los efectos de la pandemia de COVID-19, ha tenido un impacto agudo en mujeres, niñas, niños, adolescentes. Dicha situación es especialmente grave en los sectores populares donde hay una mayoría de hogares encabezados por mujeres solas.

Las carencias continuadas del sistema público de salud han reducido su capacidad de manera acelerada, según OPS (2018), y esto afecta a 89,7% de la población que depende del sistema sanitario público para la atención de sus necesidades de salud; y no cuenta con protección financiera para gastos de enfermedad ni recursos económicos mínimos para cubrir esos gastos de su bolsillo. A la falta de insumos se agrega la baja operatividad de los servicios de laboratorios, rayos X, ecografías y, en especial, los de tomografía y resonancia magnética. Se ha calculado también que más de 70% del personal de salud se ha retirado de los establecimientos públicos.

Madres cuidadoras: mujeres invisibles y pobres

Son mujeres en situación de vulnerabilidad y pobreza, quienes acuden al hospital J.M. de los Ríos para atender las enfermedades graves de sus hijos e hijas. El hospital obliga el acompañamiento de niñas y niños hospitalizados, y ese acompañante de preferencia debe ser la madre.

Una mayoría de las madres cuidadoras ha venido de regiones y estados de Venezuela dejando su hogar y otros hijos, al cuidado de otras mujeres, y perdiendo posibilidades de apoyo, para acompañar a las y los pequeños en sus hospitalizaciones y tratamientos. La amplia mayoría no tiene lugar donde quedarse, debe permanecer en el hospital junto a sus hijas e hijos, por normas de funcionamiento.

Muchas han debido dejar sus trabajos remunerados para dedicarse al cuidado, algunas realizan trabajos ocasionales por cuenta propia para obtener algún ingreso que les permita hacer frente a las múltiples necesidades que tienen ante las enfermedades de sus hijas e hijos.

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