(Caracas, 08.08.2018 OVACEG). El Primer Informe del Observatorio de Violencia Armada con Enfoque de Género, correspondiente al periodo Abril – Junio 2018 visibilizó un aspecto de la violencia armada que no es comúnmente abordada: las consecuencias de este tipo de violencia en las mujeres.

La comprensión de que la violencia armada tiene consecuencias nefastas para la sociedad y afecta gravemente la posibilidad de desarrollo de los pueblos, ha impulsado la creación de múltiples organismos internacionales enfocados no sólo en el análisis de las causas y consecuencias de la violencia armada, sino también en la construcción de propuestas factibles que coadyuven en el proceso de diseñar estrategias para apoyar las políticas públicas en materia de seguridad.

Organizaciones como el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe 1 (UNLIREC, creado en 1986), cuyo mandato está dirigido a apoyar a 33 países de América Latina y el Caribe (incluyendo Venezuela) en la implementación de medidas de paz y desarme en la promoción del desarrollo económico y social.

Las condiciones socioeconómicas de América Latina y el Caribe han sido un caldo de cultivo para la proliferación de la violencia armada. La presencia del narcotráfico, bandas armadas, pandillas y guerrilla, así como las debilidades del sistema de justicia y la corrupción, son parte de un cuadro nada alentador, donde las minorías tradicionalmente vulnerables y vulneradas, como las comunidades indígenas, niñas y niños, adolescentes, personas con discapacidad, afrodescendientes, comunidad LGBTI y mujeres, son comúnmente invisibilizadas en las estadísticas que documentan la presencia de violencia armada, limitando de esta forma el análisis diferenciado de las causas y consecuencias que los convierten en víctimas.

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