(Washington, 06.04.2020. CIDH). La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presenta su Informe Anual 2019 en cumplimiento de lo establecido en el Artículo 59 de su Reglamento. El Informe compila el trabajo realizado entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2019, año del 60 aniversario de creación de la Comisión, y exhibe los resultados más relevantes alcanzados. El Informe Anual es una herramienta de rendición de cuentas, así como uno de los instrumentos principales de monitoreo de la situación de derechos humanos en la región, y de seguimiento de las recomendaciones emitidas por la CIDH en sus distintos mecanismos.
“La CIDH obtuvo resultados inéditos en 2019, avanzando de manera decidida en el cumplimiento de los objetivos trazados en su Plan Estratégico 2017-2021”, afirmó el Comisionado Joel Hernández, Presidente de la Comisión. Asimismo, señaló: «En nombre de mis colegas, comisionadas y comisionados, agradezco la decisión de los Estados miembros de fortalecer las capacidades de los órganos principales del Sistema Interamericano de Derechos Humanos aprobando el incremento de su presupuesto. Nuestro reconocimiento también es al personal de la Secretaría Ejecutiva por su compromiso y dedicación.»
Tal como se reporta en detalle en este Informe Anual 2019 y en el Informe Anual de Implementación del Plan Estratégico CIDH 2017-2021 (2019), durante este año la CIDH ha avanzado significativamente en el cumplimiento de las metas y objetivos definidos en el Plan Estratégico. Entre estos logros se destacan principalmente los avances registrados en la superación del atraso procesal y en el desarrollo progresivo del derecho internacional de los derechos humanos para la consolidación de estándares interamericanos; el aumento de la cobertura de monitoreo; el incremento de actividades de cooperación técnica y promoción, la coordinación con otros organismos de derechos humanos; el refuerzo de las capacidades internas y la optimización de la gestión institucional; así como los avances de sus mecanismos de seguimiento del cumplimiento de recomendaciones emitidas a través de diferentes instrumentos.
El Informe está compuesto por una Introducción, 6 capítulos y anexos. La Introducción presenta los principales logros institucionales, el progreso alcanzado en materia de derechos humanos en la región y el estado de universalización del Sistema Interamericano de Derechos Humanos durante 2019. El Capítulo I ofrece un panorama general de las actividades de la Comisión durante el año, entre ellas, los avances del Plan Estrategico 2017-2021, la estructura y reorganización de la Secretaría Ejecutiva, las sesiones, resoluciones, relaciones con otros organos y avances en materia de cooperación y seguimiento. El Capítulo II presenta información sobre el sistema de peticiones y casos y las medidas cautelares; así como el seguimiento de las recomendaciones de casos individuales. El Capítulo III reúne las actividades de las Relatorías Temáticas y de País, así como las actividades de promoción y capacitación. El Capítulo IV se divide en IV.A y IV.B. El Capítulo IV.A consiste en un panorama descriptivo de la situación de los derechos humanos en los países miembros, con un especial énfasis en los derechos y temas priorizados por la CIDH, así como en ejes transversales. El Capítulo IV.B contiene un análisis de la situación de los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela, países que la CIDH nuevamente incluyó en esta sección por requerir de una atención especial según los criterios establecidos en el Artículo 59.6 de su Reglamento. El Capítulo V contiene un seguimiento de las recomendaciones formuladas por la CIDH en sus informes de país sobre Colombia, Guatemala, México y República Dominicana. Finalmente, el Capítulo VI versa sobre la estructura y personal de la Comisión, la capacitación del personal, los recursos financieros y la ejecución presupuestaria, la movilización de recursos y administración de proyectos, entre otras medidas relativas al desarrollo institucional de la CIDH durante el año. Asimismo, el Informe Anual incluye los siguientes Anexos: Informe “Situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas y tribales en la Panamazonía”; Informe “Migración forzada de personas nicaragüenses a Costa Rica”; Informe “Violencia y discriminación contra mujeres, niñas y adolescentes: buenas prácticas y desafíos en América Latina y el Caribe”; Informe sobre la situación de personas defensoras y líderes sociales en Colombia; Compendio sobre igualdad y discriminación. Estándares Interamericanos; Informe “Empresas y derechos humanos: Estándares Interamericanos; “Informe sobre la situación de los derechos humanos en Honduras”; Informe “Corrupción y derechos humanos: Estándares interamericanos”; Informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión; e Informe de la Relatoría Especial para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Durante 2019, la Comisión ha observado distintos progresos en los Estados Miembros de la OEA en materia de derechos humanos. En particular, la CIDH ha constatado una serie de medidas dirigidas al fortalecimiento de la institucionalidad de derechos humanos, como lo son la creación de una serie de nuevos espacios institucionales para la promoción y protección de derechos humanos. Este año también se ha caracterizado por el fortalecimiento de la participación democrática de grupos históricamente discriminados, tanto en el ejercicio del derecho al voto como en la participación en cargos públicos por parte de personas y poblaciones históricamente discriminadas. Asimismo, la Comisión destaca las iniciativas estatales de mayor relevancia respecto a políticas públicas con enfoque en derechos humanos. En efecto, corresponde mencionar a los esfuerzos estatales para la formulación e implementación de planes nacionales en varios Estados de región, así como a la adopción de importantes medidas en materia de igualdad y no discriminación; participación social; verdad justicia y reparación; acceso a la información como garantía de transparencia y rendición de cuentas; protección prioritaria a grupos en situación de vulnerabilidad, en particular con respecto a personas y poblaciones migrantes y para la inclusión de la perspectiva de género y diversidad. La CIDH reconoce esos esfuerzos y alienta a los Estados a continuar formulando y aplicando políticas públicas atendiendo las recomendaciones de los órganos del SIDH y a difundir este enfoque en todas las instituciones del Estado y en la sociedad en su conjunto. La Comisión se pone a disposición de los Estados para prestar la cooperación técnica que se requiera para alcanzar esos propósitos.
En el Capítulo IV.A., la CIDH identifica las siguientes tendencias en cuanto a problemas y desafíos en derechos humanos observados a través de su labor en 2019: la persistencia de la discriminación y violencia contra mujeres, personas LGBTI, afrodescendientes e indígenas, niñas, niños y adolescentes y en particular contra personas defensoras de derechos humanos, periodistas y líderes sociales; el incremento de la represión de la protesta social en algunos países de la región mediante el uso desproporcionado de la fuerza, así como actos de violencia y vandalismo ocurridos en estos contextos; el fenómeno de las personas en situación de movilidad humana y en particular la migración forzada de personas; y la gravedad de las condiciones de detención de las personas privadas de libertad en la región y retrocesos en materia de pena de muerte.
En cuanto al Capítulo IV.B., la CIDH decidió incluir nuevamente a Cuba en esta sección de acuerdo a lo dispuesto en los incisos 6.a.i. y 6.c. del artículo 59 de su Reglamento. Durante el año 2019 la Comisión continuó observando las condiciones de la democracia representativa, tomando nota de los cambios en el ejercicio de los altos cargos políticos como la designación del Presidente Miguel Díaz-Canel, pero señalando la persistencia de restricciones para que todos los ciudadanos cubanos puedan acceder a cargos de representatividad. La supremacía del Partido Comunista que nuevamente es identificado en la Constitución como un partido único, constituiría una restricción a la participación de las personas con convicción política diferente para participar en los asuntos públicos y cargos representativos. Además, autoridades como la Asamblea Nacional del Poder Popular siguen reuniendo amplias facultades para la toma de decisiones públicas que desdibujan los elementos característicos de un sistema de separación de poderes. La CIDH tampoco observa un cambio de condiciones que brinden garantías para la independencia judicial. En cuanto a la comisión de violaciones, graves y sistemáticas de los derechos humanos, la Comisión mantiene su preocupación por las graves afectaciones a los derechos políticos al sufragio y a la participación en el gobierno, a la libertad de opinión, expresión y difusión, al derecho de residencia y tránsito, a la protección contra la detención arbitraria. De acuerdo con la información recibida por la CIDH y a los testimonios a los que tuvo acceso, siguen siendo recurrentes las restricciones a estos derechos en la isla. El ejercicio de los mismos estaría limitado por un ejercicio autoritario del poder, en el que los disidentes políticos o quienes sean percibidos como tal encontrarían constantes restricciones a sus derechos. A través del presente Informe, la Comisión profundiza el monitoreo de la situación de derechos humanos en Cuba en esta época de transformaciones. Ante la imposibilidad de visitar Cuba, la CIDH escucha las voces de las personas cubanas, y las incorpora en su examen de la situación del país.
Con relación a Nicaragua, la CIDH dio seguimiento especial al deterioro continuo de la situación de los derechos humanos en el país, desde el inicio de los actos de violencia ocurridos a partir del 18 de abril de 2018 en el marco de la represión estatal a las protestas. La situación en el país se enmarca en lo establecido en los incisos 6.a.i, 6.b, 6.c y 6.d.i), 6.d.ii) 6.d.iii) del artículo 59 del Reglamento. Durante 2019 la Comisión ha documentado un ejercicio arbitrario por parte del Estado en sus tres ramas de Poder, como consecuencia, entre otras cuestiones, de la falta de independencia del Poder Judicial y de otros órganos públicos. Asimismo, la CIDH advirtió que la grave crisis de derechos humanos en Nicaragua se ha extendido durante 2019, debido a la instalación de facto de un estado de excepción caracterizado por el ejercicio abusivo de la fuerza pública para reprimir a las voces disidentes al Gobierno, el allanamiento, clausura y censura de medios de comunicación, la prisión o exilio de periodistas y líderes sociales, cierre de organizaciones de la sociedad civil sin las garantías de debido proceso, así como a la injerencia y el control del Poder Ejecutivo en los demás poderes públicos. La Comisión también considera que la situación en el país centroamericano se enmarca en lo establecido en el inciso 6.c. del mismo artículo de su Reglamento, que refiere a la comisión, por parte de un Estado, de violaciones masivas, graves y sistemáticas de los derechos humanos garantizados en la Declaración Americana, la Convención Americana, o los demás instrumentos de derechos humanos aplicables. La Comisión observa que el prolongado debilitamiento de la institucionalidad democrática en Nicaragua ha derivado en la perpetuación de la crisis de derechos humanos en el país, así como en la generación de una situación de impunidad estructural respecto las graves violaciones a los derechos humanos cometidas.
Con relación a Venezuela, la CIDH decidió incorporar al país en el Capítulo IV.B. por considerar que se enmarca en lo establecido en los incisos 6.a.i., 6.b. y 6.d. del artículo 59 de su Reglamento. La Comisión observó que la prolongación indefinida e irrestricta del estado de excepción, la suspensión de los poderes de la Asamblea Nacional democráticamente electa, la falta de independencia judicial, la extralimitación de funciones de la Asamblea Nacional Constituyente, la ausencia de garantías para la celebración de elecciones libres y democráticas, y en general, la falta de subordinación de las instituciones del Estado a la autoridad civil, evidencian una clara alteración del orden constitucional. A ello se suma una crisis humanitaria generalizada que ha repercutido en el goce de los derechos económicos, sociales y culturales, y que ha conducido a la migración forzada de millones de venezolanas y venezolanos. Igualmente, para la inclusión del Estado de Venezuela en el Capítulo IV.B de su Informe Anual 2019, la Comisión ha tomado en cuenta la renuencia del Estado en adoptar medidas decididas para reestablecer la separación y el equilibrio de los poderes públicos, así como para cumplir cabalmente con sus obligaciones internacionales; entre estas, se destacan las decisiones y recomendaciones de la CIDH y las sentencias proferidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Para la elaboración del Informe, la Comisión se basó en la información recabada según el artículo 59 de su Reglamento.
La CIDH agradece a la sociedad civil interamericana de derechos humanos, a los Estados miembros y observadores de la OEA, a los organismos internacionales y regionales, al Secretario General de la OEA, Luis Almagro y su equipo, así como al equipo de su Secretaria Ejecutiva por todo el apoyo prestado para alcanzar los logros inéditos en su historia, presentados en su Informe Anual 2019. La Comisión también agradece a los Estados el fortalecimiento de la CIDH a través de la implementación del incremento del fondo regular. Asimismo, agradece a los países miembros, observadores y donantes cuyas contribuciones voluntarias han sido decisivas para el alcance de los resultados presentados: Argentina, Bolivia, Canadá, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Uruguay; Comisión Europea, España, Francia, Holanda, Irlanda, Islas Baleares, Noruega y Suiza; Fundación ARCUS, Google, Freedom House, Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Fundación Ford, OXFAM y ACNUR.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
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