(Caracas, 14.04.2023. Una Ventana a la Libertad). 2022, año en el cual se esperaban cambios importantes en las condiciones y calidad de vida en los Centros de Detención Preventiva en Venezuela.
Lamentablemente, esto no fue así, a pesar de que algunos cambios pueden considerarse significativos. Cambios con poca capacidad de trascendencia puesto que las condiciones del entorno social, político y económico han empeorado. La afirmación anterior lo confirma la profundización de la EMERGENCIA HUMANITARIA COMPLEJA que ha expulsado a más de 7 millones de venezolanos/as a emigrar a riesgo
de lo que sea, aun de su vida y muchas veces, de la de su familia. Continúa la desnutrición, el desempleo, la pobreza, el abandono de las escuelas y muchos otros y graves problemas.

Un país en donde la violencia es la forma de expresión “violencia simbólica” oficial, el discurso de odio excluyente que sataniza al adversario y justifica la corrupción, el tráfico de drogas, la explotación del oro y otros minerales y la impunidad; y, por otro lado, se sataniza y detiene a todo el que opina diferente sea civil o militar.

Las organizaciones de la sociedad civil, en cualquiera de las problemáticas en que trabajan, son las únicas que dan información veraz sobre la difícil problemática que atraviesa el pueblo venezolano; y por ello, se convirtieron en un blanco de ese discurso de odio y, peor aún, el objetivo de una Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines. Esta ley con su rimbombante nombre, ha sido  aprobada en primera discusión en la Asamblea Nacional 2020 y cuyo objetivo es acabar con el derecho de asociación en el país y penalizar toda organización de la sociedad civil u ONG cuyo objetivo sea superar la impunidad institucionalizada y alcanzar la democracia y la libertad. En síntesis, en el caos nacional, la persecución de las organizaciones que luchan por los Derechos Humanos de las venezolanas y venezolanos y, Una Ventana a la Libertad como una de dichas organizaciones, lucha por la dignidad de las personas detenidas en los Centros de Detención Preventiva.

En este contexto se desarrolla la dinámica de la vida en los Centros de Detención Preventiva en el país, que presentamos a continuación. Garantizar un tratamiento digno y acorde con los preceptos legales nacionales e internacionales, tiene por objetivo que estas personas que se encuentran detenidas en los CDP por cualquier delito cometido, mediante el trato que re­ciban tanto en los calabozos como en las
prisiones o Centros Penitenciarios, sean preparadas para su futura reinserción en la sociedad, con una menor probabilidad de reincidencia y una conducta social apropiada a un comportamiento ciudadano.

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