(Caracas, 08.09.2020. Provea). El tiempo le dio la razón a la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, quienes en marzo de 2020 afirmaron en su informe “Estado actual de la epidemia de la COVID-19 en Venezuela y sus posibles trayectorias bajo varios escenarios”, que para inicios de septiembre habría un promedio de mil casos diarios de personas contagiadas de Covid-19.
En su momento, cuando el informe fue publicado, desde el alto gobierno de Maduro hubo voces que amenazaron con encarcelar a los miembros de la Academia. Pero la ciencia pudo más que la prepotencia y abuso de poder. Hoy, esa investigación cobra enorme vigencia.
En el mes de marzo, apenas empezando la pandemia, la Academia indicó:
“En los tres escenarios modelados se esperan más de mil casos nuevos por día para el pico de la epidemia (Figura 3D). En un escenario de aumento leve en la tasa de contagio (1,2–1,4) el modelo predice un pico de un poco más de 1.000 casos nuevos cada día después de la primera semana de septiembre. En el escenario de aumento sustancial en la tasa de contagio (1,2–2,2) se esperan más de 4.000 nuevos casos por día durante la primera semana de junio”
Según ese estudio, se presentaría en este momento una situación de aumento leve de la tasa de contagio con mil casos diarios, situación que de no adoptarse medidas adecuadas pudiera agravarse. Frente a ese escenario, la Academia, en su estudio recomendó que: “es imprescindible incluir en los reportes oficiales una relación diaria de pruebas PCR-RT por individuo, –positivas y negativas–. La descentralización del diagnóstico mediante la incorporación de otros laboratorios del país con capacidad instalada para llevar a cabo pruebas de PCR-RT es la manera más rápida de aumentar esta cobertura”.
Al 31 de agosto, el Ministerio del poder Popular para la Salud (MPPS), indicaba que se habían acumulados 45.868 casos, de los cuales 37.091 están recuperados, lo que equivale al 82 %.
De ese total nacional, durante el mes de agosto se registraron 26.425 casos. El día de agosto con mayor cantidad de casos fue el 13, donde oficialmente se informó de 1281 contagios.
Para que se tenga una idea del crecimiento exponencial que se produjo durante este mes, el total acumulado de marzo a julio fue de 18.574 contagios de coronavirus y en un solo mes se acumularon más de 26.000 casos. En total, en el mes de julio, según cifras del MPPS, hubo 13.037 casos.
A nivel nacional, al 31 de agosto, se habían reportado oficialmente 381 personas fallecidas. De ese total ,260 murieron durante agosto. El día con mayor cantidad de fallecidos fue el día 13 de agosto con 12 fallecimientos. En el citado mes, falleció Darío vivas dirigente político del Partido Socialista Unido de Venezuela. Convirtiéndose en el primer alto funcionario del gobierno de Maduro que fallece por Covid-19. Vivas ocupaba el cargo de jefe de Gobierno del Distrito Capital. Otros altos funcionarios fueron afectados, pero afortunadamente lograron recuperarse.
Agosto un mes de luto para el personal de salud
Durante este mes, según la organización Médicos Unidos de Venezuela, fallecieron 74 trabajadores de la salud para un total de 114 hasta el 31 de agosto 2020. Entre los meses de junio y julio habían ocurrido 40 decesos.
Según un reportaje realizado por el medio digital Crónica Uno, la edad promedio de las personas del sector salud fallecidas es entre 50 y 60 años. Sin embargo, hay registros de personas muy jóvenes como la médica María Virgina Ramírez Vásquez de tan solo 27 años de edad.
La continuidad en las precarias condiciones y medio ambiente de trabajo del personal sanitario, es uno de las causas de las muertes. Ante el escenario de insuficiencia e inseguridad laboral, el gobierno de Nicolás Maduro no implementa acciones que garanticen el derecho al trabajo seguro y, por consiguiente, el derecho a la vida de estos trabajadores. Por el contrario, los hospitales y centros de salud se encuentran en condiciones insalubres. La recurrente escasez de agua y de electricidad es un problema que no se ha solventado, la dotación de insumos de protección es una exigencia constante de los trabajadores sanitarios, así como la dotación de medicinas, equipos e insumos para encarar el virus.
El temor a contagiarse ha llevado al personal de salud a no acudir a los centros de trabajo. Una enfermera del Periférico de Pariata en el estado La Guaira confesó que dejó de laborar, debido a que padece de diabetes y, además, su sitio de labores está muy próximo a la emergencia, donde “todos los días hay full COVID-19 y las autoridades hacen lo imposible para esconder la realidad”.
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