(Caracas, 10.08.2022. Clima 21). La extensa y heterogénea costa continental de Venezuela y las islas localizadas en el mar Caribe presentan un muy diverso patrimonio natural y cultural que generan una cantidad importante de servicios y contribuciones ecosistémicas al país.
A pesar de ello, los ecosistemas marino costeros del país están siendo sometidos a múltiples presiones de origen humano que están causando una acelerada degradación de los mismos. Este proceso de deterioro está incidiendo sobre el bienestar y los derechos humanos de la población venezolana.
En función de esta situación, este informe busca contribuir con el conocimiento y comprensión de la situación ambiental de las diferentes regiones de la costa continental e insular de Venezuela. Para ello se revisaron 163 referencias bibliográficas, incluyendo artículos científicos, informes y documentos, así como artículos publicados en medios de comunicación.
Los resultados obtenidos para las seis zonas en que se dividieron las costas del país fueron clasificados en: Perturbaciones ambientales, Amenazas a la conservación y Obstáculos.
Las principales perturbaciones incluyen: Derrames petroleros; contaminación por aguas servidas y desechos sólidos; presencia de especies invasoras y extracción insostenible de la diversidad biológica (por pesca, cacería o extracción).
Asimismo, se considera que las principales amenazas son: Los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas costeros venezolanos; la presencia de metales pesados en las zonas costeras de, al menos, tres zonas del país; la creciente presencia de microplásticos en los sedimentos costeros y la ausencia de consideraciones ambientales en el diseño de las políticas pesqueras y turísticas.
Los obstáculos encontrados en la revisión incluyen: La ausencia de políticas ambientales con criterios técnicos; la pérdida de profesionales y especialistas con capacidades para realizar labores de gestión ambiental; la pérdida de la capacidad institucional para la gestión de áreas protegidas y el grave deterioro de las Universidades y otros centros de investigación marina.
Con la información disponible, es posible afirmar con bastante certeza que algunas de estas perturbaciones están incrementándose en el tiempo y los daños parecen aumentar, así como afectar a zonas y ecosistemas donde previamente no estaban presentes. Asimismo, que el Estado venezolano no tiene las capacidades, ni la voluntad política para evitar o mitigar estos daños y los efectos de los mismos sobre la población.
Todos estos problemas son barreras importantes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, incluyendo los ODS 1 (fin de la pobreza), 2 (hambre cero), 6 (agua limpia y saneamiento), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 12 (producción y consumo responsables), 13 (acción por el clima) y 14 (vida submarina). Asimismo, los resultados obtenidos indican que el país no está avanzando hacia el cumplimiento de ninguna de las metas establecidas en el ODS14.
En función de lo anterior, se establecieron las siguientes recomendaciones al gobierno nacional. Ellas incluyen: El desarrollo de una política nacional de conservación y uso sostenible de los ecosistemas costeros; que sea garante del cumplimiento de las normas constitucionales y legales de conservación de estas áreas; que establezca una política de investigación sobre temas prioritarios relacionados con el mar venezolano; que establezca una política de recuperación de la actividad pesquera; que promueva y apoye las instituciones educativas y de investigación sobre el mar y cese el hostigamiento y estrangulamiento presupuestario de las universidades nacionales; que promueva políticas de participación y educación con respecto a la conservación de mares y costas de Venezuela; y que las empresas, principalmente Pdvsa subscriban Principios para un Océano Sostenible de las Naciones Unidas.
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