(Sudáfrica, Diciembre 2016, Civicus). Para que los ciudadanos tengan reales oportunidades de tomar parte en la formación de las decisiones que afectan sus vidas, se requiere de un espacio en el cual la sociedad civil pueda funcionar, florecer y desempeñar una amplia variedad de roles. El espacio para la sociedad civil – o espacio cívico – se apoya en la vigencia efectiva de tres derechos fundamentales: las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión.
No obstante, el repaso que aquí ofrecemos de la situación del espacio cívico en América Latina y el Caribe (ALC) ofrece evidencia contundente de que los derechos de la sociedad civil de hecho no están siendo respetados. Por un lado, las libertades básicas de asociación, reunión y expresión están reconocidas constitucionalmente en la mayor parte de los países de ALC, y numerosos mecanismos de participación de la sociedad civil están siendo implementados en la región. Por otra parte, sin embargo, en muchos países se han mantenido o incluso se han introducido en tiempos recientes barreras legales y administrativas para la creación, el funcionamiento, la comunicación y el financiamiento de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), con el efecto de constreñir la libertad de asociación.