(Guayana, 01.07.2019. Revista Guayana Sustentable). Hablar de Guayana Sustentable es hablar de la humanidad, pues en este territorio se hace verdad o mentira en el presente, nuestro futuro. Hablar de Guayana Sustentable es protestar de forma ciudadana, es crear las instancias de una verdadera democracia participativa donde el ciudadano tiene el rol protagónico y donde los más pobres están en el centro de nuestra preocupación, hasta lograr que ellos mismos puedan elevar desde aquí su voz, en especial los miembros de las comunidades indígenas contra las que se atenta.

El estado Bolívar hoy es más pobre que antes. Se han vuelto ver enfermedades que no se creía que se volvieran a ver. Lo que está ocurriendo en Guayana, toca por tanto a todo nuestro planeta, a toda nuestra casa común. No somos un fenómeno aislado perdido en la inmensidad de una selva y, como dice Francisco, “no podemos
quedarnos inertes ante lo que está ocurriendo sabiendo que es una larga y dura batalla para frenar este pecado ecológico y revertir en la medida de lo posible el daño cometido”.

El extractivismo puro y simple que se constata en el Arco Minero del
Orinoco deja al descubierto el desmoronamiento del Estado venezolano como responsable y garante del área ambiental en nuestro país.

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