(Caracas, 22.10.2018. Redac / Beatriz Vento). La promoción y defensa de los derechos humanos nos impone la necesidad de usar todos los mecanismos de comunicación posibles para llevar los mensajes a la población, acompañarlas en sus procesos y destacar sus necesidades. La prensa y la radio son dos medios para lograr ese propósito. Sin embargo, en Venezuela cada vez es más difícil, comunicar e informar.
De acuerdo a la organización no gubernamental Espacio Público, especializada en monitorear la situación de la libertad de expresión en Venezuela, entre enero y junio de 2018, se registraron 161 casos/situaciones en los que se vulneró el derecho a la libertad de expresión, lo que representa un total de 219 violaciones al derecho. Este 2018 hubo un incremento de 11% en relación a la media de casos registrados entre 2013 y 2016.
Ahora bien, tras los anuncios económicos emitidos por Nicolás Maduro, la hiperinflación y la falta de insumos y otros obstáculos, hace que cada vez más medios de comunicación vayan anunciando que cierran sus puertas. Sólo en centroccidente de Venezuela (Lara, Portuguesa y Yaracuy), ya son 5 medios impresos (Diario de Lara, El Caroreño, Última Hora, El Regional y La Mosca) que pararon sus rotativas por la falta de papel, dejando sin trabajo a más de 300 personas (Nota de Prensa de El Impulso). Situación difícil también atraviesan muchas emisoras de radio.
Ante este contexto, toca reinventarnos y usar en su máxima expresión la resiliencia. Según la definición de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas (Real Academia Española de la Lengua, 2014). Es por ello que, dentro de la promoción de los derechos humanos, debemos denunciar e informar, pero también tener mayor comprensión de los impactos positivos que se logran tanto en la acción individual como colectiva.
La radiodifusión en Venezuela comenzó en 1926 y desde ese entonces ha atravesado por diversos procesos. Hoy por hoy es un medio que se mantiene vigente pese a la censura y restricciones del gobierno de Nicolás Maduro; y es la comunicación más cercana que podemos establecer con la ciudadanía, ante esta crisis social, económica y política que atraviesa Venezuela. Por ende debemos educarnos y fortalecerla, para un desempeño más óptimo, y una comunicación más efectiva con los radioescuchas. Es una forma de llevar mensajes e información a un sector importante de los habitantes que no tiene posibilidad de acceder a las redes sociales.
En Lara existen dos programas dedicados al ámbito de los Derechos Humanos, el Programa Deberes y Derechos conducido por la organización Fuerza, Unión, Justicia, Solidaridad y Paz (FUNPAZ) y el Programa Voces Solidarias, conducido por la Red de Derechos Humanos del estado Lara, en donde no sólo se informa sobre diversas situaciones de derechos humanos, sino también se da promoción y participación a los diferentes activistas y sociedad civil en general. Además se han ido incorporando espacios donde se mencionan los logros y su impacto dentro de la sociedad, dándose una alianza ciudadana y una restauración de la memoria social.
Nuestro norte como activistas ciudadanos y defensores de los derechos humanos es trabajar en equipo, de forma articulada y apoyar a las diferentes iniciativas enmarcadas en la defensa y promoción de derechos humanos, sin olvidarnos de las estrategias y tácticas que debemos manejar ante la adversidad que atraviesa Venezuela. La radio es y será una aliada, por ello defender la libertad de expresión y hacer un uso cada vez más efectivo y audaz de ella, es una labor de quienes promueven y defienden derechos.
“La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien,
sino la certidumbre de que algo tiene sentido sin importar el resultado final”
– Vackav Havel (1986)
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