(Caracas, 12.04.2018. El Pitazo/ María Teresa Urreiztieta). CIUDADANÍA Este es un lema, una idea-fuerza que inspira y guía la acción de los líderes comunitarios, organizaciones, asociaciones, alianzas, movimientos sociales y políticos que han entendido que, sumando sus recursos y acciones, articulando sus ideas, sus voces, talentos y fuerzas pueden lograr cambios profundos para mejorar las actuales condiciones de vida de nuestra maltratada Venezuela.
Estamos viviendo una profunda crisis económica, social y política que día a día se agrava. La mayoría de los venezolanos, sobre todo los más pobres y vulnerables, están dedicados, cada vez con más angustia y desesperación, a ver cómo hacen para alimentar a sus familias. A ver cómo hacen para conseguir medicinas o tratamiento médico para curar sus enfermedades. Para tratar de cocinar cuando falta la luz, el gas y/o el agua. Para llevar a los niños a la escuela o para trasladarse diariamente al trabajo ante la progresiva paralización del transporte público por falta de repuestos y/o por falta de dinero en efectivo. Lo que está claro es que cada día los venezolanos se levantan en medio de una gran incertidumbre para dedicarse a superar las condiciones de precariedad y desamparo en las que nos mantiene el Estado venezolano.
¨Parece que estamos hipnotizados¨; ¨somos como zombis, sufrimos y no hacemos nada¨; ¨somos unos cagaos¨; ¨el pueblo no reacciona a pesar de la rabia que hay¨; ¨nos estamos acostumbrando a vivir así¨. Estas son algunas de las expresiones que hemos recogido al explorar cómo vive e interpreta cada quien la vida que lleva en medio de estas circunstancias. Es cierto que hoy malvivimos con mucho descontento, con rabia, impotencia, tristeza, dolor, miedo, frustración, mal humor, maltrato entre nosotros.
Este estado de ánimo colectivo le conviene mantenerlo a los gobernantes que pretenden quedarse por siempre en el poder porque paraliza, porque normaliza un vivir sin derechos humanos. Crea desesperanza, desalienta y desmoviliza las protestas del pueblo, deshace los lazos de la convivencia, desarticula los esfuerzos de cada quien, aislando a las personas para que se sientan solas y no se encuentren, obligándolas a atender exclusivamente sus necesidades cotidianas para poder sobrevivir.
Toda crisis conlleva cambios. No hay crisis sin cambios. La que estamos viviendo generará profundos cambios históricos, que como nación ya estamos experimentando, pero no nos damos cuenta porque estamos sumidos en este estado de ánimo colectivo. Lo que quiere decir que, andar cada quien por su cuenta, solos y aislados con nuestros problemas, nos hace profundamente débiles. Pero no es cierto que estamos solos. La fortaleza de una persona, de una familia, de una comunidad comienza a potenciarse cuando se encuentra con otros, cuando comparten sus preocupaciones, problemas y sufrimientos con la intención de construir juntos ideas y proyectos para mejorar sus condiciones de vida, para reclamar sus derechos, para interpelar a sus dirigentes, para fortalecerse mediante la organización y la participación activa que genera poder social.
Andar cada quien por su cuenta, solos y aislados con nuestros problemas, nos hace profundamente débiles. Pero no es cierto que estamos solos. La fortaleza de una persona, de una familia, de una comunidad comienza a potenciarse cuando se encuentra con otros
En el camino, la experiencia nos ha dicho que la unión nos hace mucho más fuertes para enfrentar la opresión. La acción conjunta, articulada con otras redes, plataformas, frentes, coaliciones, movimientos sociales y alianzas estratégicas, va tejiendo convivencia e inteligencia colectiva, y haciéndonos más conscientes del poder social que tenemos para cambiar a Venezuela y nuestras vidas.
¨Hambre de comida, hambre de verdad, hambre de justicia y de libertad¨ exclama el movimiento ciudadano DALE LETRA, surgido durante las protestas del 2017, cada vez que sale a la calle a acompañar el reclamo ciudadano de los venezolanos por sus derechos sociales, económicos, civiles y políticos amenazados, lo cual quiere expresar el hambre de vida plena que hay en Venezuela. Poco a poco vamos comprendiendo que la única manera de salir de esta crisis es uniendo y articulando las fuerzas sociales y políticas democráticas para cambiar el rumbo trágico que lleva el país. Juntos somos más fuertes para asumir este inmenso y prioritario desafío.
Esta hora en la que predomina el desconcierto, la desesperanza y la incertidumbre, es urgente sumarse a las fuerzas e iniciativas que se propongan un cambio político y la recuperación de la democracia. Es, en este momento crucial, un deber histórico y una oportunidad única para construir la Venezuela con la que soñamos.
En estas circunstancias, actuar significa entonces encuentro, organización, participación, articulación, tomar la palabra y liderar el país posible en todos los espacios en los que podamos incidir.
Y, sobre todo, significa #Unión #UniónParaLaTransición.
El Pitazo / “Juntos somos más fuertes”, por María Teresa Urreiztieta. Ver Artículo Aquí