(Caracas, 05.06.2018. Civilis DDHH). Mariela Ramírez es carpintero de oficio y arquitecto de profesión, es cofundadora de la organización Dale Letra que promueve alzar la voz y el encuentro ciudadano para generar un cambio, tanto social como político, en el país.

Para Mariela, su trabajo es ser el traductor de muchas voces, las de quienes participan en este proyecto de forma activa, las de los amigos que van y vienen y las de todas las personas que se unen en las calles. Para ella Dale Letra es un reflejo de cómo construir otra Venezuela.

¿A qué se dedica Mariela Ramírez?

Soy arquitecto y carpintero, a ambos oficios he dedicado mi vida, pero hoy en día mis esfuerzos están dirigidos a la defensa de nuestros derechos y al ejercicio de una ciudadanía responsable.

¿Cómo surge Dale Letra?

Dale Letra nace del afecto, del intercambio de un grupo de amigos que llevábamos años conversando y padeciendo la crisis del país. Nos impulsó la idea de desmontar la absurda dicotomía (la polarización), la progresiva fragmentación social, la escalada de violencia en el ciclo de protestas del año 2017, la ausencia de la palabra como hilo y amalgama en la vida colectiva.

De nuestras conversaciones y de la asistencia frecuente a las manifestaciones pacíficas de calle surgió la necesidad de diseñar un canal de comunicación que nos posibilitara participar en la protesta, no sólo como cuerpos presentes, sino como sujetos; algo que nos permitiera, simbólicamente, recuperar la palabra y hacerla un instrumento para resolver la crisis.

Queríamos llevar nuestra visión de país al espacio público, para colaborar en el trazado de un proyecto nacional amplio e inclusivo que represente a todos los venezolanos y nos garantice el disfrute de nuestros derechos.

¿Cómo se lleva a cabo la protesta pacífica de Dale Letra?

En Dale Letra diseñamos un canal de comunicación, un dispositivo que consiste en un alfabeto móvil que nos permite expresar nuestras ideas, colaborando y aportando contenido y significado a la protesta ciudadana. A través del alfabeto móvil, de las consignas y de campañas temáticas con contenido, intentamos colaborar con un proceso que nos devuelva la palabra a los ciudadanos, para poder exigir así el cumplimiento de la Constitución y de la recuperación de la democracia.

Tenemos varios niveles de participación en la protesta: acompañamos las convocatorias a protestar de manera pacífica de diversos actores sociales y políticos de la sociedad venezolana. En estas ocasiones, primordialmente, aportamos contenidos diversos a la temática planteada por los convocantes que tienen que ver con la defensa de los valores democráticos, en resistencia cívica y pacífica al proyecto autoritario que amenaza con destruir las instituciones democráticas.

También llevamos a cabo acciones de protesta pacífica en plazas, calles, autopistas, transporte público, etc. con campañas diseñadas por nosotros mismos en las que tocamos diversos temas relacionados con la crisis ética, social, económica y política que atravesamos, interpelando a los distintos actores de la sociedad.

En particular, nos dirigimos al gobierno nacional para hacer reclamos democráticos de orden social y político. Interpelamos a los dirigentes políticos de oposición que lideran las fuerzas democráticas. Reflexionamos e intercambiamos de manera sistemática, intentando aportar ideas, convocando a la sociedad para que juntos tracemos los lineamientos de un proyecto nacional que incluya a todos los venezolanos.

Además, promovemos la cultura del encuentro, del diálogo, la tolerancia y el respeto en el marco de una cultura de paz en democracia. Trabajamos con líderes comunitarios, desarrollando acciones conjuntas para el reclamo por servicios básicos, alimentos, medicinas; por el alto costo de la vida que nos afecta a todos por igual.

Desarrollamos también foros y encuentros temáticos con especialistas y público en general que tienen que ver con los contextos de la crisis generalizada que sufre el país, poniendo en riesgo nuestras vidas y la vida democrática. También llevamos adelante diversas campañas por las redes sociales para la difusión de nuestros mensajes y divulgación de nuestras acciones de calle.

¿Cómo se siente al dedicar su vida a la defensa y promoción de los derechos humanos sobre todo en un país en el que ese trabajo resulta tan cuesta arriba?

Justamente el vivir en un país en el que la defensa y promoción de los derechos humanos resulta tan cuesta arriba fue lo que nos motivó a dar un paso al frente y asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos para ayudar al restablecimiento del estado de derecho.

Nos sentimos profundamente conmovidos por el deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos, el deterioro generalizado de nuestro territorio, los abusos de poder del gobierno, la pérdida de nuestras libertades, y es ese dolor individual y colectivo que día a día se convierte en el combustible que nos obliga y nos motiva a sumar esfuerzos para restituir la democracia y, por tanto, nuestro derecho a una vida plena.

¿Cuáles han sido las más graves violaciones a los derechos humanos que ustedes han podido constatar en la Venezuela de hoy?

El inventario de violaciones de derechos humanos en Venezuela es robusto, pero sin lugar a dudas las más graves son las relacionadas con el derecho a la vida, el cual es violado de múltiples maneras. Hemos visto asesinatos de ciudadanos que manifestaban pacíficamente cometidos por el Estado. Ciudadanos ejecutados en los operativos denominados OLP, a cargo de los cuerpos de seguridad.

Vemos a diario millones de venezolanos que pasan hambre y penurias inenarrables, por medicinas y atención médica, lo cual representa una amenaza constante a su integridad física. El gobierno ha priorizado su estadía en el poder sobre el bienestar de la población, violando la Constitución y las leyes, particularmente el de los más pobres y, por tanto, el de los más vulnerables.

Háblanos de los retos encontrados en la labor que realizas, ¿Qué le aconsejaría a una persona u organización que desee trabajar en este campo?

En primer lugar, diría que hacemos un llamado a todos y cada uno de los venezolanos a trabajar en la defensa de nuestros derechos. Cada ciudadano debe aportar en este proceso, cada ciudadano es responsable de escapar de las fauces del poder y habitar el espacio público, tener presencia en la exigencia, promoción y defensa de los DDHH.

Es necesario hacerse de la palabra y poblar los espacios de convivencia, democratizar entre todos las relaciones y espacios con nuestra acción cívica. Cada uno de nosotros es imprescindible, porque cada uno es un signo necesario para la creación de un lenguaje colectivo que haga posible la superación de la crisis a través de la renovación del pacto social y la restitución del Estado de Derecho.

Hace falta fortaleza, constancia, disciplina, trabajo y sobre todo tener la convicción y la confianza de que con el esfuerzo mancomunado lograremos superar la oscuridad que transitamos.

¿Qué te inspira a continuar con esta labor? 

Las injusticias, las desigualdades, los abusos del régimen autoritario, el secuestro de nuestro derecho a una vida plena y un hondo amor por el país, por nuestras raíces, por la gente, por el territorio. Los venezolanos tenemos derecho a una vida digna. Consideramos un deber ciudadano exigir al gobierno respeto y asistencia inmediata para todos los que esperan por protección, en riesgo de su integridad.

Día a día vemos venezolanos cuyas condiciones de vida los obligan a peregrinar por establecimientos de salud en busca de medicinas y asistencia, o hurgando en la basura para conseguir alimentos; son amigos, vecinos y familiares reducidos por el hambre o a quienes su esfuerzo diario escasamente los provee de alimentos.

Estas son razones suficientes para seguir adelante cada día. Es imperativo hacer nuestros mayores esfuerzos para detener la inmensa tragedia que padecemos y restituir nuestro derecho al bienestar, nuestro derecho inalienable al disfrute y garantía de los derechos humanos, lo cual sólo es posible en una sociedad democrática.