(Caracas, 20.07.2020. Civilis DDHH). El principal responsable de dar respuesta adecuada a la pandemia del coronavirus es el gobierno venezolano, sus autoridades y a quienes han confiado la coordinación. No hay estigmatización que valga, para intentar zafarse de esa responsabilidad, como ha estado sucediendo.
La estigmatización ha sido gran obstáculo en el pasado para responder a crisis de esta naturaleza. En lugar de buscar apoyo y ser parte de la prevención, las personas estigmatizadas prefieren esconderse por temor, a pesar de los riesgos para su salud y la de otras personas.
¿Podrían por una vez ponerse en los zapatos de quienes migraron para poder sobrevivir o ayudar a sus familias desde el exterior, y ahora nuevamente han visto su supervivencia comprometida por los efectos de la pandemia? ¿No es suficiente lo que han tenido que enfrentar?
¡Bienvenidas de regreso a Venezuela! Así deberían sentirse, acogidas y provistas de los servicios adecuados, para garantizarles sus derechos a la salud e integridad personal, orientadas, informadas y tratadas con respeto, facilitándoles el regreso a sus lugares de origen.
Y no solo no son “armas biológicas” ni “bioterroristas” quienes regresan, tampoco quienes deben salir cada día a procurarse su sustento y el de sus familias. La respuesta debe enfocarse en la dignidad de las personas y en sus vulnerabilidades y necesidades específicas.
La evidencia científica demuestra que la gran mayoría de las personas que contraen el coronavirus no enfermarán con la COVID-19; más bien, serán asintomáticas o presentarán síntomas leves o moderados. Aún con síntomas más severos, la muerte no es el único desenlace posible.
La evidencia científica también demuestra que hay condiciones que hacen a algunas personas más vulnerables a sufrir efectos severos, como afectaciones de salud previas… o por razón de su edad.
Al menos 3 hechos son evidentes respecto del coronavirus (CoV-2) en Venezuela: 1. El número de casos comienza a crecer aceleradamente, 2. Es imperativo tomar medidas de prevención, 3. Más del 90% de la población no puede guardar confinamiento estricto porque vive al día.
Y al menos 3 medidas básicas son necesarias para la prevención, las 3 M a las que se ha referido @juliocastrom: 1. Mascarillas bien usadas siempre, 2. Manos limpias, lavadas varias veces al día, 3. Mantener mínimo metro y medio de distancia física de otras personas.
Como en toda situación de esta naturaleza, que puede afectar la salud y, en algunos casos, la vida de un gran número de personas, la responsabilidad principal para una respuesta adecuada es de los estados y de quienes tienen funciones de gobierno. En este sentido:
Mascarillas – Es obligación de instituciones del estado proveerlas a las personas de menos recursos y facilitar su acceso a toda la población, para poder cumplir con la recomendación de usarlas siempre.
Manos limpias – Es obligación de instituciones del estado proveer a las personas de insumos como geles antibacteriales y jabón, así como garantizar servicio de agua regularmente, para que puedan cumplir con la recomendación de lavarse bien las manos con frecuencia.
Mantener distancia física – Es indispensable mantener al menos metro y medio de distancia de otras personas en transporte y lugares públicos. Aunque esta medida es responsabilidad individual, deben realizarse campañas públicas para promover esta y otras prácticas saludables.
Es obligación del estado proveer a todo el personal sanitario, sin excepción, los equipos de protección personal (EPP) adecuados para cada tipo de intervención que se deba realizar. En lugar de la criminalización y las amenazas, sus justos reclamos deben ser atendidos.
Es obligación del estado brindar protección de hechos de violencia al personal de salud. En la medida en que aumenten los casos y haya más presión por atención y respuestas urgentes, estos hechos podrían hacerse aún más frecuentes de lo que ya se ha documentado.
También es obligación del estado -ministerio de salud, gobierno nacional, regional y local- proveer a las personas en condiciones de vulnerabilidad todos los insumos requeridos a quienes puedan adquirirlos para prevenir contagios con coronavirus y facilitar su acceso a quienes puedan adquirirlos.
Es obligación del estado a través de todos sus órganos de competencia, facilitar el acceso a alimentos, bombonas de gas, transporte, agua, servicio eléctrico, para que las personas puedan guardar el debido confinamiento y prevenir contagio con el coronavirus.
Autoridades de gobierno no deben imponer a las mayorías en situación de vulnerabilidad condiciones que no puedan cumplir, mucho menos intentar desviar su propia responsabilidad en el manejo de la respuesta, estigmatizando a las personas y vulnerando sus derechos.
Mitigar los severos efectos de la emergencia humanitaria, agravados por el CoV-2, exige la contribución de todos los sectores nacionales, a pesar de las capacidades mermadas, así como de la cooperación internacional. Las mayorías vulnerables deben encontrarnos a su lado…
…y vigilantes para exigir que quienes tienen responsabilidades públicas cumplan con sus deberes de protección, brinden respuestas adecuadas, orienten e informen, generen confianza en el manejo de la pandemia y pongan fin de inmediato a los discursos estigmatizante.
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