(Caracas 5/12/2017. CivilisDDHH) Maiquer de Santiago de 38 años de edad quien tenía dos meses detenido en los calabozos del comando de la Guardia Nacional Bolivariana de El Junquito, falleció el pasado 19 de noviembre en las instalaciones del hospital José María Vargas de Caracas, como consecuencia de una desnutrición severa. El reporte que levant el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas señaló que la causa de la muerte fueron edemas pulmonares y cerebrales provocados por la desnutrición. Maiquer cayó preso porque había sido capturado en momentos en que robaba comida en una casa en la misma población de El Junquito.
Humberto Prado director de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones, se lleva la mano a la cabeza cuando se le pregunta sobre la muerte de privados de libertad por desnutrición en centro penitenciaros, y afirma “esto es inexplicable, porque si tú como Estado, que tienes la supervisión de una persona que está detenida bajo tu tutela, lo tienes bajo cuatro paredes, y se te muere, cómo vas a poder dar ese discurso de que el Estado no necesita ayuda humanitaria”.
El Observatorio Venezolano de Prisiones siempre ha denunciado como insuficiente la asignación destinada a alimentación de los privados de libertad ¿cuál es la situación de la población reclusa en el actual contexto de crisis humanitaria?
En los calabozos y prisiones del país están muriendo personas por hambre, lo sabemos por las fuentes periodísticas que generalmente conocen de primera mano la información a través de los reportes médicos forenses, y por la patología calaverita de las personas fallecidas. También por la información de los familiares o los mismos detenidos que tienen sus teléfonos y nos cuentan que les dan agua con arroz o un agua caliente con sal y algún colorante que dicen ser sopa.
¿Cuánto fue fue destinados para alimentos y bebidas del sector penitenciario en el Presupuesto Nacional 2017?
24.033 Mil Millones de bolívares. Si bien el Presupuesto Nacional no especificó el número total de la población carcelaria sabemos que el cálculo se realizó en función a 116 mil privados de libertad, entonces tenemos que el Estado destino 567 bolívares para la alimentación diaria de una persona bajo su cuidado y responsabilidad.
Pero la población en cárceles no es de 116 mil personas
No, la población en recintos penitenciarios es más o menos de 56 mil. Esto tiene dos lecturas, la más negativa es preguntarse ¿a dónde se está yendo ese diferencial?. y otra un poco más crédula que indique que el engorde de la cifra de la población reclusa en el Presupuesto Nacional podría pretender garantizar con demasía la alimentación, pero, ni triplicando los 567 bolívares (para un total de Bs. 1.701), se logra garantizar el desayuno, almuerzo y cena al preso; mucho menos las 2 mil 900 calorías que requiere obtener el ser humano a través de los alimentos. Entonces tenemos no solo, que la asignación es insuficiente, hagas el cálculo que hagas, sino que además la información presentada es opaca. Ahora una cosa es la población en recintos carcelarios y otra la población en calabozos, eso es otro problema.
¿Porque diferenciarlas?
Porque la población en calabozos no figura dentro del presupuesto del Ministerio de Asuntos Penitenciarios. Entonces estamos frente otro sistema, un sistema nuevo que es el de los calabozos policiales, donde los gobernadores no tienen presupuesto para la alimentación del detenido, y en estos espacios destinados para detenciones preventivas hay más de 30 mil presos actualmente, cuando la ley te dice que son 96 horas el tiempo máximo que debe permanecer una persona privada de libertad en estos recintos, y esto lo están sufriendo las gobernaciones, alcaldías, Policía Nacional, CICPC, incluso del propio SEBIN, lo que pasa es que aquí como no hay un equilibrio de poderes y autonomía, tu no vas a ver al Fiscal General o al Defensor del Pueblo diciendo la verdad de los calabozos policiales, la verdad de lo que está ocurriendo en el CICPC, tu no ves a un director del CICPC diciendo “mire, estos presos no pueden estar aquí más del tiempo debido”.
¿Y entonces qué comen las personas privadas de libertad en calabozos policiales?
Los que están más o menos comiendo son quienes cuentan con el apoyo familiar que le llevan comida una vez al día, pero incluso esto está generando otros problemas y es que delegan en los familiares el suministro de la comida y les fijan un horario, la reciben solo en la mañana, pero se la entregan al preso en la tarde, en algunos casos ya viene descompuesta y entonces están apareciendo situaciones estomacales y aumento de las enfermedades.
¿En las cárceles bajo la responsabilidad del Ministerio también permiten a los familiares el ingreso de comida?
En los días de visita está permitido el ingreso de algunas comidas y refresco, los días que no son de visita ellos dicen que está prohibido, que el Estado les da la comida, pero a quien le crees tú, si tú ves al pobre familiar en eso, haciendo lo posible por llevar algo y qué le puede llevar si muchas veces no consigue ni para su casa. En el supuesto que el preso tenga familia, porque no todos tienen o están al pendiente.
¿En el caso del Zulia donde cerraron las cárceles y mandaron a la población a otro lado, cómo hacen?
Bueno figúrate, si anteriormente tenían a la mama que le podía llevar una comidita para Sabaneta o para el Marite ahora como hacen para enviársela a los llanos, a Tocuyito, si a veces no tenían ni cómo hacérsela llegar a las cárceles. Esto es inexplicable porque si tu como Estado, que tienes la supervisión de una persona que está detenida bajo tu tutela y lo tienes bajo cuatro paredes y se te muere, como vas a poder dar el discurso que el Estado no necesita ayuda humanitaria.