(Delta Amacuro, 301.01.2018, Fe y Alegria) Unos 80 médicos de la fundación sin fines de lucro, Nawaraos, fueron expulsados de la selva deltaica por orden de la gobernadora de Delta Amacuro, Lizeta Hernández, el pasado fin de semana, relataron los nativos de la comunidad Nabasanuka a Radio Fe y Alegría Noticias.

Los integrantes de la fundación Nawaraos arribaron a la comunidad Nabasanuka, una localidad indígena que está a unas seis horas por vía fluvial desde el puerto de Volcán en Tucupita, el miércoles 24 de enero para llevar a cabo por segunda vez, un abordaje médico integral en ese asentamiento, donde una indeterminada cantidad de originarios fueron beneficiados a pesar de que el operativo quedó a medias.

El viernes llegaron en un helicóptero de la Guardia Nacional, el constituyente Pedro Carreño, el alcalde Amado Heredia y la gobernadora Lizeta Hernández a Nabasanuka, y fue cuando pudo ver la iniciativa que concretaba la organización no gubernamental (ONG) . De acuerdo con la versión de los vecinos, la gobernadora y sus acompañantes sostuvieron una reunión privada con Zuly de Arocha, médico dermatóloga que coordinaba el equipo de galenos.Durante el encuentro, la gobernadora habría solicitado tomarse fotos junto a los equipos médicos de la fundación y de la medicinas, pero el personal no se lo permitió, alegando que su trabajo no tenía nada que ver con la política. Fue cuando cambió la actitud de la mandataria, quien junto a los otros políticos entablaron una serie de preguntas como, ¿quién les dio permiso para hacer este operativo?, ¿quiénes los financian?.

Fue cuando finalmente la jefa política de Delta Amacuro, ordenó la retención de las medicinas y los insumos médicos quirúrgicos, más la expulsión de los médicos voluntarios.

Uno de los warao que estuvo presente durante la decisión de Lizeta Hernández, relata que los doctores no tuvieron otra opción que acatar la imposición, no sin antes decir que debían notificar a la comunidad sobre lo que estaba ocurriendo. Entonces Hernández cambió de actitud e inmediatamente echó atrás la idea de retener los fármacos, pero insistió en que debían irse pronto, y fue lo que ocurrió el mismo sábado, cuando fueron escoltados por efectivos de la Guardia Nacional hasta el puerto de Volcán en Tucupita.

El fin de semana pasado, la gobernadora Lizeta Hernández publicó en sus redes sociales que había donado una importante cantidad de medicinas a varias comunidades del Bajo Delta, incluyendo Nabasanuka, pero los residentes de ese caserío desmintieron que desde el gobierno fueron atendidos.

Sobre lo sucedido, Lizeta Hernández hizo referencia a que en su momento ofrecería detalles de un hecho ocurrido en los caños. En principio afirmó que encaró a un grupo de médicos “falta de respeto”, que habían estado maltratando a los originarios del sector.

Los waraos consultados en Nabasanuka por Radio Fe y Alegría Noticias, lamentan no haber podido enterarse de lo ocurrido antes de que la gobernadora del estado Delta Amacuro retornara en helicóptero a Tucupita. Ellos advirtieron que de haber sido así, hubiesen impedido con sus vidas que la funcionaria política tomara la decisión que ahora afecta la salud de los waraos.

“Nos enteramos tarde, sino, hasta hubiésemos quemado el helicóptero”, dijo un indígena de Nabasanuka.

El hospital de Nabasanuka ahora está desolado y sus puertas permanecen cerradas. No hay ni un guante quirúrgico, no tiene medicinas, por lo que los enfermeros están de manos atadas ante la realidad que enfrentan.

Ver artículo escrito por Carlota Bolívar para Fe y Alegría / Noticias Venezuela del 30 de enero de 2018.