(Caracas, 03.12.2022. Sinergia). Avanzando en una solución democrática a la crisis de Venezuela: Perspectivas de la sociedad civil, fue el nombre del espacio que abrió, este 17 de noviembre, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), en el cual reunió voces cuya motivación, consenso que se hace cada vez mayor, es construir espacios que puedan conducir a elecciones libres y justas y que lleven a la ciudadanía a una ruta de institucionalidad democrática.

Deborah Van Berkel, presidenta de Sinergia– Red de Organizaciones de la Sociedad Civil Venezolana-, quien participó en esa mesa híbrida (que además contó con la presencia de Beatriz Borges, del Centro de Justicia y Paz (Cepaz); Eugenio Martínez, periodista venezolano especialista en sistemas electorales y Humberto Rojas, de la Red de Observación Electoral de la Asamblea de Educación); reafirmó el compromiso de la sociedad civil de construir la ruta democrática con participación ciudadana y elecciones justas.

Aquí las claves de su intervención:

  1. Estamos trabajando por un país que responda a todos y todas, que permita vivir y la realización de la vida dentro de nuestro territorio, un país que responda a su diversidad, que permita que nos encontremos, no para seguir una confrontación y exclusión, sino para la construcción de una convivencia democrática.
  2. Consideramos que construir una ruta democrática significa incluir en ese proceso a toda la ciudadanía. A todas las personas, a todos los actores nacionales, con el apoyo y el aporte de una comunidad internacional que está preocupada y dispuesta a contribuir con ese propósito.
  3. Necesitamos tener algún tipo de iniciativa a favor de Venezuela, para poder construir esa ruta hacia la democracia, que sabemos no la tenemos hoy. Pero no podemos renunciar a nuestras aspiraciones a tenerla. No sabemos cómo va a ser ese camino, sabemos que vamos a tener muchos obstáculos, ya lo hemos vivido, venimos de esos procesos, pero como hemos dicho coloquialmente estamos decididos a no tirar la toalla, es decir, estamos comprometidos en un trabajo sistemático por la defensa de los derechos, por la construcción de esos espacios de encuentro, para buscar esa respuesta pacífica a la crisis y que ningún venezolano se quede atrás. Ese diseño de esa ruta no debe partir de la exclusión. Ese es un propósito fundamental desde la mirada de nuestra de los derechos, pero también con una mirada de realidad política. Toda esa aspiración no la vamos a lograr en el primer día, por eso tenemos esa claridad de no renunciar. Tampoco estamos pensando que las cosas serán fáciles e inmediatas, sino que hay un proceso al cual nosotros, como sociedad civil, debemos aportar nuestras mejores cualidades.
  4. Un objetivo fundamental de este proceso es desarrollar la capacidad para construir la democracia y eso pasa por diálogo y negociación.
  5. Consideramos que es vital en este momento fortalecer nuestra capacidad como sociedad civil, de dejar de ser islas y de encontrarnos en esos puentes para que esa acción tenga el impacto que requiere. No podemos seguir trabajando desde una mirada que tiene la verdad y la exclusividad de las acciones, sino desde la construcción colectiva de una propuesta que tenga capacidad de cambio.
  6. Eso pasa por la necesaria conexión con la ciudadanía, con los venezolanos de a pie, con la gente que está siendo víctima que sufre una emergencia humanitaria compleja que ha sido denunciada, reflejada, reseñada por distintos  mecanismos de defensa de derechos y en las instancias de protección de derechos, donde hay más de 3.000 documentaciones elevados por la sociedad civil organizada, que ha exigido a los estados todos los mecanismos de protección y  actuar en función de la sociedad venezolana.
  7. La sociedad civil ya tiene un camino adelantado, un activo, un capital, desde las bases. Eso nosotros lo ponemos en las mesas, para poder trabajar juntos en este diseño del cambio. Aquí también tenemos que, como sociedad civil, revisar cuál es la relación estado-sociedad civil, cómo se define esa relación en ese nuevo espacio que queremos construir y cómo se define la relación organización política y la ciudadanía. Los partidos políticos también son parte de la sociedad civil. La diferencia es que aspiran llegar al poder y conducirse desde el poder, y esa no es la aspiración nuestra, pero sí la de estar ahí, acompañar, apoyar y guiar en los temas que sean fundamentales para el país; para exigir rendición de cuentas y una acción que responda a la demanda real ciudadana, de un cambio en Venezuela.
  8. Aspiramos a que ese diseño nos pueda permitir una alternatividad en el Ejecutivo y no solo del ejecutivo sino de todas las entrañas del país. Que podamos contar con una institucionalidad pública democrática distinta a la que está hoy, la cual no tiene la capacidad de atender ni el conflicto ni la necesidad ciudadana. La necesidad de que esos poderes públicos puedan realmente tener un ejercicio de respeto y de posibilidades de que cada uno cumpla su mandato constitucional, de manera que podamos hablar realmente de un renacimiento de la democracia en Venezuela.
  9. Para todo esto participación ciudadana y elecciones son claves: en esa ruta, el derecho a elegir y el derecho a ser elegidos. Esos son derechos fundamentales que ahora tenemos que poner y defender sobre la mesa y buscar tanto la visión de derechos como la visión de activismo, de movilización, de no dejar el espacio público.
  10. Y también es necesario toda la experticia técnica necesaria para construir esa ruta. Exigir un sistema confiable es lo que nos va a permitir crear un nivel de confianza para que ese proceso (las elecciones) sea justo y nos brinde la posibilidad de transformación que estamos aspirando. Eso también nos va a permitir un proceso de reconocimiento entre nosotros los venezolanos que decidimos nuestro futuro.

 

  1. Hay que conquistar el instrumento del voto, como elemento de cambio. Es una tarea de cada uno de nosotros, para que cada uno de los venezolanos se convenza de lo que significa la participación. Hubo una experiencia reciente en América Latina, donde el voto perdió esa capacidad de soberanía: en Nicaragua. Allá hicieron unas elecciones locales y todos los candidatos eran del gobierno. No hubo realmente un proceso electoral donde los nicaragüenses ejercieran su derecho a elegir. Y mientras tanto tengamos estas ventanas y esa posibilidad de que la vía electoral sea un mecanismo importante para la transformación del país y la ruta a la democracia nosotros no la abandonamos y seguimos aquí.
  2. La clave es ofrecer capacidades a la base de la sociedad, que cada ciudadano tenga herramientas, que sientan su derecho de ejercer el voto y a tener rendiciones de cuentas de sus instituciones, a ser atendido por la institucionalidad de su país, que les den respuestas a las demandas crecientes ante una emergencia humanitaria, y eso significa que el ciudadano también tiene que buscar mecanismos de organización y de articulación del tejido social. Hacer que esta construcción sea colectiva y de cooperación. Establecer los nexos entre las diversas comunidades de pensamiento y acción cívica, que expresan un trabajo conjunto.
  3. Queremos incidir como ciudadanos para que los partidos políticos entiendan la necesidad de la complementariedad de su acción, que hay momentos de competir con el poder, pero también hay momentos de integrar para defender el derecho a ser elegido, y esto significa cooperar entre los partidos para que las condiciones sean cada vez más en la ruta de lo que exigimos y que permita, cada vez más, llegar a un cambio en Venezuela.
  4. De las organizaciones de base, los consejos comunales, no tienen elecciones de base, los representantes se convierten en una designación a dedo, excluyen la participación ciudadana. Ese también es un espacio de lucha, pues esa representación, esa base social no puede ser sustituida por mecanismos distintos a una elección directa de las personas que asumen la posibilidad de representar a la comunidad. Ahí hay también un reto al cual hay que ponerle atención, pues se van a dar elecciones en esa base y debemos ejercer la educación ciudadana para ir preparándonos.
  5. Sobre las sanciones internacionales, un conjunto de organizaciones y actores de la sociedad han expresado la importancia de aquellas sanciones dirigidas a personas que han violado derechos humanos y que tienen causas abiertas por casos de corrupción, por ejemplo. Que se mantengan y se amplíen, como medida de presión directa y no aceptación de estas prácticas desde la comunidad internacional. Sobre las sanciones sectoriales, o aquellas que impactan a todo el país, una flexibilización progresiva, en la medida que sea un instrumento de la comunidad internacional en la búsqueda de soluciones para encontrar el camino a la democracia; más no el sufrimiento para el pueblo.

Lo que tenemos que ver es cómo los venezolanos nos organizamos para convertir a Venezuela en un espacio para la convivencia, que haga posible incluir el diálogo y las negociaciones, como un instrumento para el cambio.  No es dialogar por dialogar. No es negociar para que todo siga igual. Diálogo y negociación no son un fin en sí mismos. No es hacerlo desde una lógica transaccional, lógica que no facilita la transformación del conflicto, no es “quita estas sanciones sanciones y te doy esto a cambio”, eso no es lo queremos, sino que realmente podamos tener un proceso donde los venezolanos construyamos un camino para el ejercicio de la libertad, para la construcción de democracia.

Fuente Oficial: Sinergia