(Mérida, 23.08.2019.ODH-ULA). El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA) realizó este jueves 22 de agosto el seminario web “Justicia transicional. Retos y desafíos para Venezuela”, dictado por Cristian Correa, abogado senior del Centro Internacional para la Justicia Transicional, cuya sede principal está en Nueva York. La actividad se desarrolló en la sede del ODH-ULA a través de una videoconferencia realizada por Correa desde Santiago de Chile.

Más de 20 personas, entre estudiantes, profesores y exautoridades de la ULA, así como activistas de derechos humanos, representantes de partidos políticos y público general, asistieron a la actividad que inició a la 1:30 p.m. de la tarde y finalizó luego de las 4:00 p.m. Los asistentes escucharon la conferencia del especialista en justicia transicional y luego realizaron preguntas sobre la situación específica de Venezuela en el marco del tema abordado.

El objetivo planteado por el ODH-ULA con la realización de este seminario web en alianza con el Centro Internacional para la Justicia Transicional es acercar a la ciudadanía a las situaciones que deberá enfrentar el país en el período de transición que vendrá luego de que Nicolás Maduro abandone el poder que actualmente usurpa.

Justicia transicional: formas y procesos para superar largos conflictos

De acuerdo con el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ, por sus siglas en inglés), la justicia transicional se refiere a las formas que utilizan países que dejan atrás periodos de conflicto y represión para enfrentarse a violaciones de derechos humanos sistemáticas y/o masivas, cuya magnitud y gravedad impide que el sistema judicial convencional pueda darles una respuesta adecuada.

El ICTJ fue creado en el año 2001 tras la transformación política ocurrida en Sudamérica luego de largos y dolorosos regímenes dictatoriales, el fin de las guerras civiles en Centroamérica, el desmantelamiento del apartheid en Sudáfrica y el derrumbe de la Unión Soviética en Europa Central y Oriental. Sus objetivos principales buscan crear y recuperar la institucionalidad democrática, facilitar el acceso a la justicia, restablecer el Estado de Derecho, facilitar y promover procesos de paz y reconciliación, asegurar que los grupos marginados o excluidos sean tomados en cuenta en esos procesos y sentar las bases para enfrentar las causas subyacentes de los conflictos vividos por los países.

En su conferencia Cristian Correa hizo énfasis en que las experiencias de justicia transicional vividas en otras naciones son diversas y sus características dependen del contexto de cada país, sus necesidades específicas, el poder e influencia que tengan los actores de la transición y los recursos jurídicos disponibles.

Justicia compleja para violaciones masivas y sistemáticas

En Venezuela el número de violaciones a derechos humanos es muy grande. Esta masividad dificulta la posibilidad de que todos los casos puedan ser tratados judicialmente y sus víctimas reciban la reparación que merecen. Es por ello que Correa insiste en la importancia de entender que la justicia transicional es un tipo de justicia más compleja que incluye aspectos que van más allá de lo jurídico. A su juicio, lo fundamental es poder establecer mecanismos que permitan aprender lecciones del conflicto vivido y prevenir futuros abusos y exclusiones.

Al respecto de lo anterior, Correa definió y explicó la importancia de crear comisiones de la verdad, cuya existencia permita reconocer las voces y la dignidad de las víctimas, así como el establecimiento de diálogos y reconocimiento entre los distintos sectores de la sociedad que hoy son adversos, así como aquellos tradicionalmente excluidos (mujeres, niños, pobres, marginados, grupos indígenas y regiones aisladas de la capital del país). “¿Qué debemos reconocer y aprender unos de otros para que todos sintamos que cabemos en una futura Venezuela?”, fue una de las preguntas que el conferencista sugirió hacerse a los presentes.

Correa también explicó la importancia de enfocar la justicia penal en lo que se considera esencial en el derecho internacional, específicamente los crímenes de lesa humanidad, la corrupción y el abuso de poder. Insistió en la importancia de condenar casos emblemáticos que constituyan prácticas y/o políticas de Estado criminales, con el fin de evitar su repetición en el futuro.

Si bien la justicia puede tardar en llegar, Correa detalló los recursos judiciales que deben ser utilizados por víctimas y sus defensores, desde la jurisdicción doméstica o nacional hasta la Corte Penal Internacional y los sistemas de protección de derechos humanos agrupados en torno al Sistema Universal de Naciones Unidas y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Sin embargo, el conferencista hizo énfasis en la importancia de no prometer lo que no se puede cumplir. “No es posible reparar a todas las víctimas, pero sí es fundamental definir qué y a quiénes se necesita reparar, tomando en cuenta las violaciones cuyas consecuencias son las más graves”, precisó.

Transición: un proceso escalonado que exige prudencia y coraje

El conferencista subrayó la importancia de entender que toda transición es un proceso escalonado y gradual que exige prudencia y coraje por parte de quienes lo lleven a cabo y de toda la sociedad. Al respecto, en la ronda de preguntas varios participantes expusieron la dificultad que sienten muchos venezolanos para aceptar procesos de diálogo y negociaciones políticas debido al gran daño vivido por toda la sociedad de forma directa o indirecta.

“Es muy importante generar hoy espacios de encuentro donde todos los sectores que están polarizados puedan escucharse y generar mayores consensos”, recomendó Correa. Para ello recalcó la importancia de poner el énfasis en el proceso a largo plazo que quiere lograrse y no en las cúpulas del poder que hoy negocian una posible transición. “Generar poder en las bases de la sociedad a través de discusiones entre sus miembros en esos espacios de encuentro es lo fundamental”, resumió. Correa finalizó invitando a las ONG que hacen vida en Venezuela a generar espacios de encuentro ciudadano que permitan abrir un proceso de diálogo y reconciliación, indispensable en todo proceso de transición.

Fuente Oficial: ODH-ULA