(Caracas, 04.10.2018. Médicos Unidos de Venezuela). La violencia de Estado se refiere a aquellas acciones que impliquen el uso de la fuerza aplicada sobre la población para lograr control social, en muchos casos de carácter represivo y que es legitimada por los miembros del mismo Estado a fin de ser justificada.
Del anterior concepto podemos desprender que todo Estado usa algún tipo de violencia para existir, de hecho, las sanciones que deparan a quienes infringen las leyes por lo general contienen violencia expresa como la tortura psicológica y la privativa de libertad (encarcelamiento).
Ahora bien, todo acto de violencia genera conceptualmente una respuesta. El Estado violento persigue a la sumisión de la población a sus designios, incrementado cada vez sus intervenciones represivas hasta alcanzar incluso la monopolización de la violencia.: sólo el Estado es capaz de aplicarla y forma parte de su sistema de supervivencia, sin ella dejaría de existir.
La represión física es la forma de violencia más común y reconocible. sin embrago, existen otros tipos de violencia, algunas sutiles y otras no tanto, «ocultas» en las estrategias mediáticas incluso en forma de terrorismo y políticas de miedo. La violencia de Estado entonces suele alcanzar a gran parte de la población, causando desde lesiones físicas, reversibles o no, estrés postraumático, depresión y muerte. Tiene la capacidad de aumentar los casos de suicidio.
Un tipo de violencia moderna implica la escasez planificada, bien sea por omisión o imperecia, sometiendo luego, a través del lenguaje a la población y encauzándolos en tendencias divisionista y enfrentándolos unos a otros a causa de un «enemigo interno». Este tipo de violencia se conoce como violencia organizada o estructurada. Se normaliza la violencia en el discurso de los integrantes del Estado
Podemos ver como la violencia de Estado puede generar sin dudas problemas de salud con alcance epidemiológicos . Es más, el aumento notable de lesiones personales y trastornos psiquiátricos en poblaciones donde no hay prevalencia previa supone definiciones de epidemia.
Es aquí donde toma especial relevancia la correcta documentación de todo tipo de lesión adquirida, directa o indirectamente, a causa de la violencia de Estado, incluso aquella secundaria a la escasez o inaccesibilidad de alimentos, medicinas e insumos. De esta documentación depende todo paso serio que quiera darse en pro de la defensa de los derechos de la población, pues supone el mecanismo correcto para conocer el problema y adoptar soluciones.
Escrito por el Dr. Oscar Noguera [email protected]