(Caracas, 15.05.2019. El Espectador). En el marco del IV Encuentro de Liderazgos Políticos LGBT, que empieza este jueves 16 de mayo en Bogotá, se hablará de cómo la crisis en Venezuela está afectando a esa población vulnerable. Diálogo con la asambleísta venezolana Tamara Adrián.

No es exagerado decir que trabajar por los derechos de la población LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y trans) hoy en día en Venezuela es como arar en el mar. “A nadie. Ni al gobierno de Maduro, ni a la oposición, le interesa hablar del tema. La dirigencia política de cualquier bando está dedicada a solventar las crisis política, económica y social. Los derechos de la población LGBT es lo último en lo que se piensa por una razón muy básica: hay temor”, dice Quiteria Franco, investigadora y directora la Unión Afirmativa de Venezuela, asociación civil que vela por la población LGBT.

La activista, que forma parte del grupo asesor de la sociedad civil de ONU Mujeres en América Latina, le quita romanticismo al surgimiento de la figura del presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó. “Aunque él hace parte de un partido (Voluntad Popular) que en sus estatutos dice que se debe gobernar por los derechos para todas las personas, públicamente no ha expresado respaldo alguno a esta causa. Y no lo hace porque corre el riesgo de perder seguidores; además, en sus discursos ha demostrado ser católico”.

Sin embargo, reconoce Franco, Guaidó es una ficha clave para que, en caso de que haya un cambio de gobierno en Venezuela, “se puedan lograr los derechos que han sido negados durante décadas para la población LGBT (…) mucho antes de lograr el reconocimiento que hoy tiene, firmó una iniciativa para la legalización del matrimonio igualitario”. La discusión lleva veinte años estancada en el Tribunal Supremo de Justicia.

Tamara Adrián, mujer trans y diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela, es una de las damnificadas del cruento choque de trenes que se agudiza en entre la Asamblea y el Tribunal Supremo de Justicia. “Aunque hay procesos que solucionan en una hora, yo llevo 14 años esperando que el TSJ reconozca mi identidad. No deciden nada. Es un caso de transfobia por omisión”, dice en diálogo con El Espectador.

“La población LGBT, como todas las otras poblaciones vulnerables en Venezuela, pasa momentos desproporcionadamente complejos por cuenta de la crisis. Hay personas que viven con VIH y desde hace dos años no reciben retrovirales de manera continua. Hay organizaciones que están documentando el tema del VIH y que han encontrado que el sida está llegando a niveles similares a los que teníamos en los años 80”.