(Caracas, 22.12.16, Efecto Cocuyo) “No es propio de una democracia tener presos políticos“, dijo Arturo Sosa, el papa negro, desde su encuentro con la prensa en Caracas. “Ojalá tuviéramos una navidad sin presos políticos, una navidad sin insultarnos mutuamente en lugar de buscar el modo de entendernos y encontrar caminos comunes para solucionar los problemas”.

Interrogado sobre su perspectiva de la situación venezolana, Sosa aseguró que carece de democracia, y una de las principales muestras es la cancelación del referendo revocatorio y de las elecciones regionales. “El hecho de que no haya votos es lo más preocupante por la ausencia de democracia en Venezuela”.

Otra muestra de la ausencia de democracia en el país es el que los Poderes Públicos no respeten la labor correspondiente a cada uno, como ha sucedido con las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia en contra de la Asamblea Nacional. “El TSJ no es el legislador ni Ejecutivo, ni la AN es el que juzga ni el Ministerio del Interior no ordena las investigaciones sino la Fiscalía”.

El sacerdote jesuita, quien dijo que desde hace unos años no realiza trabajo cercano con ningún líder político -opositor u oficialista-, señaló que la democracia funciona a través del diálogo. “Cuando empezamos a preocuparnos por el diálogo, es señal de que nos falta algo”.

“En la democracia no todos los procesos de diálogo son exitosos, son un intento, y se empieza y se vuelve a empezar hasta que se logre hacer. Los procesos de diálogo no pueden poner como condición lo que se quiere tener como resultados, los diálogos tienen que ser dosificados y a veces confundimos expectativas con posibilidades reales”.

“Negociar significa que el punto de llegada no es el de las partes que participan sino del interés superior por el que se dialoga”, dijo, además de usar como referencia el proceso de negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el país vecino, que solo llegó cuando se incluyó a las víctimas en dicho proceso.

El Prepósito General de la Compañía de Jesús trasladó el ejemplo a la situación venezolana, diciendo que “hasta que los que estén negociando no se sienten a escuchar a las víctimas, a los que no tienen comida, no tienen medicinas, hasta que no se conmuevan, a lo mejor los resultados no lleguen”.

Sosa, líder de los jesuitas en todo el globo -una congregación con cerca de 16.500 miembros- dijo que “la reconciliación ahora es más necesaria que nunca”, no solo en nuestro país sino a nivel mundial, donde la sociedad se encuentra dividida, y que las prioridades de un diálogo deberían ser garantizar el derecho a salud y alimentación frente a la situación “dramática” que vivimos.

“Nuestra angustia más grande es la crisis humanitaria. Algo tenemos que hacer para que se alivie el sufrimiento de tanta gente”, dijo Sosa desde el colegio San Ignacio de Caracas, donde también aprovechó para exhortar al Gobierno, oposición y población en general a ayudar. “La gente consigue modos de ayudar que parecen pequeños pero son grandísimos en momentos de necesidad. Lo humano, la persona, la gente tiene que estar por encima de cualquier ideología política”.

Sosa también reiteró que el hecho de que critique a este Gobierno no quiere decir que apoye a los anteriores, como los del puntofijismo, donde también había cosas que criticar. “No caigamos en esa trampa. Presos políticos son presos políticos, los de (Rómulo) Betancourt y los de (Nicolás) Maduro. Hay gente presa por lo que piensa, así como en este Gobierno hay gente que estuvo presa por lo que pensaba”.

Dijo además que la cercanía de su nombramiento como Prepósito General de la Compañía de Jesús con el de cardenal Baltazar Porras no es más que una coincidencia, pero que es de mucha importancia que haya venezolanos entre los encargados de escoger al sucesor del Papa Francisco, a quien además felicitó por su papel de acompañante al proceso del diálogo en Venezuela.

Acompañado del Provincial saliente para Venezuela p. Arturo Peraza y del nuevo Provincial para la nación p. Rafael Garrido, reafirmó la voluntad de los jesuitas en ayudar al país. “Se ha dado un servicio al país (por parte de los jesuitas) y lo queremos seguir haciendo. El servicio de ofrecer, desde la fe que nos une, la posibilidad de contribuir a tener un país más justo, más humano, donde todos quepamos y donde la democracia no sea una palabra sino sea una práctica cotidiana”.

Foto: @cpal_social

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