(Caracas, 12.10.2019. Redac/ POR: Karla Ávila Morillo) . “A veces es difícil porque contrarrestar la cultura donde el ego siempre tiene un volumen muy alto, es difícil hacer que la gente vea que esto sí funciona, sin embargo cuando pasa la magia del trabajo en red, nos damos cuenta de la importancia de multiplicar los esfuerzos y generar los espacios para hacerlo juntos, allí cobra el valor de la participación de todo el mundo.”
La abogada Beatríz Borges Urrutia es la directora ejecutiva y fundadora del Centro de Justicia y Paz (CEPAZ), organización sin fines de lucro que trabaja en la promoción y defensa de los valores democráticos, los derechos humanos y la cultura de paz en Venezuela, de donde germina la Red De Activistas Ciudadanos (REDAC).
Bibi, como le llaman por cariño sus más allegados, nace y crece en Caracas, donde cursó estudios de pregrado en derecho en la Universidad Católica Andrés Bello de la capital, tiene especialización en Derechos Humanos de la Universidad de la Comunidad Andina de Naciones. Para el año 2006 realizó un Máster en acción política y participación ciudadana en el estado de derecho, impartido por la Universidad Francisco Vitoria, la Universidad Rey Juan Carlos y el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.
Luego de esto, conquistó el postgrado “Professional Certificate in U.S. Law and Methodologies de la Universidad de New York”. Gran trayectoria que le sirve de sólido soporte para ser excelente conferencista en materia de derechos humanos, políticas públicas, derecho internacional, violencia de género, refugiados, privados de libertad, comunidad LGBTI, entre otros interesantes temas.
Desde la época de colegio tuvo claro que su vocación e intereses tenían que ver con alguna carrera social, por eso estudió humanidades, “Mi mamá siempre decía que yo iba a ser política o abogada, cuando era niña me montaba en un taburete para argumentar cuando estudiaba para los exámenes, y ella me escuchaba; por eso pensaba que yo iba a ser política o abogada. En bachillerato siempre quería trabajar para ayudar a los demás, me vinculaba siempre con actividades de liderazgo, trabajo social, por eso sentía que el derecho me iba a brindar esas herramientas sin embargo no fue hasta finales de la carrera que encontré a los derechos humanos.”
Durante su carrera, la vocación con trabajo social la pudo desarrollar en la UCAB a través de diferentes instancias, una de ellas fue la clínica jurídica y las labores de voluntariado. Fue ahí cuando se dio cuenta que cuando hacían asistencia jurídica gratuita en zonas populares, encontró en esto una labor que era gratificante para ella, el poder usar sus conocimientos y las herramientas que aprendió en la universidad para ayudar a otros a tener una respuesta a los problemas que esas personas enfrentaban en la vida, allí sintió que a través de su profesión podía ayudar a la sociedad, luego, casi al culminar sus estudios universitarios, fue el momento en que terminó de darle sentido a todo, no solamente luchando contra las injusticias en el ámbito privado sino en el público también.
“El Derecho me ha dado las mejores herramientas para desarrollar mi vocación, si bien es cierto que no necesitas ser abogado para defender los derechos humanos, también digo que esta carrera me ha permitido ejercer mejores acciones para la defensa de los mismos, sobre todo por su basamento en el Derecho Internacional y el conocer los instrumentos de exigibilidad en el ámbito jurídico, pero he tratado de entender como parte de la experiencia de ejercer mi profesión, que las capacidades jurídicas son importantes pero también se requiere una aproximación integral en otras áreas para ejercer una defensa efectiva que garantice la promoción asertiva de los derechos humanos.”
En relación a la organización que dirige, cuenta que la idea de CEPAZ nace de la inquietud de llevar la defensa de los DD. HH. a que fuera ejercida por todas las personas, sentir que eso no fuera una información que solamente tenía ella en sus manos, sino que ese conocimiento lo pudieran tener todos los ciudadanos y más en un momento en el que se incrementaba el tema de la persecución y la represión.
En esa oportunidad se hablaba de políticos presos y no se entendía que había una política de persecución contra la disidencia; con estas perspectivas nació el Centro de Justicia y Paz, en primer lugar, por la necesidad de formar a los ciudadanos para que conocieran sus derechos y segundo, por una sistematización de patrones y conductas del Estado que les hicieron generar los primeros informes de la organización, los cuales fueron la base para determinar cómo estos patrones eran parte de una política de Estado.
“En el tema de formación fuimos desarrollando una marca personal de democratización de la información, promover una plataforma para la acción a través de las redes y el trabajo colaborativo de los derechos humanos, de esta forma metodológica de hacer este trabajo nacieron las redes como la REDAC y la RED NARANJA, las cuales fueron parte de nuestro impulso para generar espacios donde esos ciudadanos, defensores y organizaciones ya formados tuvieran capacidad de conectarse entre ellos trabajando colaborativamente por los temas que nos unen.”
El trabajo colaborativo lo define en la siguiente frase: “Solos vamos más rápido, juntos vamos más lejos”. El impacto, esa capacidad de cambiar la sociedad, tiene mucho del trabajo colaborativo. Asegura que lo contrario muchas veces es la competencia, la competición excluye, genera prácticas egoístas que no redundan en que a todos les vaya bien sino que habrá algunos que resalten y otros no, en cambio, cuando las personas colaboran entre sí, permiten sacar lo mejor de cada uno sin perder la individualidad comprendida como aquellas personas que pueden aportar algo y que se generen espacios donde se pueda sumar, con miradas diversas, cultura de apoyarse los unos a los otros para que se conciba impacto; forjar esos ecosistemas ha sido el reto de CEPAZ desde sus inicios.
Borges reflexiona sobre el egoísmo, hace referencia a que la sociedad en general está basada en la competencia, en que: “Si hay alguien mejor tú tienes que superarlo o anularlo, ese egoísmo a veces está muy controlado por el ego, algunas personas piensan que es más importante quien lo hace que lo que se hace, pero en el caso de la tarea colaborativa, lo más importante es la acción, no quién lo hace, porque quien lo hace es la suma de las partes, todos nos hacemos parte de algo mucho más grande de lo que pudiésemos hacer solos y por eso trasciende, es un beneficio para todos, porque cada quien aporta un esfuerzo, el esfuerzo se multiplica por todas las voluntades que estamos y además se conecta con gente y oportunidades que a través de la red ocurren muy rápido con sinergia.”
Hace énfasis en que el apoyo como metodología de trabajo hace que todos puedan estar en un mismo sitio, un mismo momento con un pequeño esfuerzo, esa es la maravilla del trabajo en red. “A veces es difícil porque contrarrestar la cultura donde el ego siempre tiene un volumen muy alto, es difícil hacer que la gente vea que esto sí funciona, sin embargo cuando pasa la magia del trabajo en red, nos damos cuenta de la importancia de multiplicar los esfuerzos y generar los espacios para hacerlo juntos, allí cobra el valor de la participación de todo el mundo.”
Ejemplo de ello son las campañas y la documentación, ya que en forma colaborativa cada quien aporta su granito de arena logrando un fin común que individualmente no se hubiera podido alcanzar o tomaría mucho tiempo culminarlo, pero cuando se pone la estrategia, el objetivo, se organiza para trabajar en forma conjunta, el logro es mucho mayor y lo que le ha tocado a CEPAZ es básicamente contagiar a otros para que se use esta metodología en diferentes espacios, en acciones donde cada quien tenga su individualidad, pero cada persona haga su aporte por los derechos humanos.
Sus principales valores tienen que ver con entender que todos tienen un objetivo, el cual es mejorar la sociedad, que se sepa que los derechos humanos son la clave de hacer ese mejoramiento, aquella en la cual todos desean vivir, donde hay igualdad, una sociedad donde no exista la discriminación, donde todos podamos desarrollarnos dignamente, en ese sentido, usar los DD. HH. es un marco referencial para las acciones y eso es fundamental.
Luego el tema del activismo es simplemente la posibilidad de poner en acciones de presión, de incidencia, de solidaridad, ese marco de derechos humanos donde coexistir, generar quehaceres, formarse para fomentar todo esto a través de las redes.
“De la sociedad venezolana, debo decir que lamentablemente en estos últimos 20 años se ha perdido mucho de lo que logramos construir en la democracia, desdichadamente hemos visto un país donde se han normalizado las violaciones a los derechos humanos. Sin embargo tiene mayor importancia el trabajo que hacemos de seguir mostrando el deber ser de un Estado que tiene que estar comprometido con los derechos humanos pero también de una sociedad que se empodere, que exija, que conozca sus derechos, que además entienda la importancia de la democracia, que no la podemos dar por garantizada. Tenemos que luchar por ella, entender también que la democracia es un sistema donde mejor conviven los derechos humanos, volver al valor de la acción y el empoderamiento ciudadano como motores de la sociedad y reconstruirla porque lastimosamente hemos perdido las instituciones, nuestra población por la migración y la situación de la crisis de movilidad humana, entonces nos toca ahora reconstruir esos valores ciudadanos que se han perdido.”
Beatriz revela a las personas que desconocen sus derechos y sus deberes, que parte de lo que se ha ganado durante estos últimos cinco años en el país, es el rescate de la ciudadanía, ya que en la medida que existan mejores ciudadanos se tendrán mejores sociedades, óptimos espacios de convivencia donde la dignidad como seres humanos sea respetada, donde se genere una sociedad con futuro y garantía de derechos para vivir dignamente.
“El panorama en Venezuela, al igual que las sociedades donde se violan los derechos, son producto de gobiernos que se han olvidado de su gente, es una amenaza que ha ocurrido en Venezuela pero cuando damos un vistazo hacia latinoamérica notamos como también sucede lo mismo; y no tiene que ver con derechas o izquierdas, tiene que ver con regímenes autoritarios que tratan de callar a la ciudadanía y es allí donde vemos que cuando hay personas que conocen sus derechos y sus deberes, son menos vulnerables.”
Hace referencia a una comunidad internacional fuerte, a unos sistemas de protección internacional sólidos, los cuales levantan sus alertas frente a este tipo de Estados opresores, que además están allí de forma vigilante al cumplimiento de los compromisos internacionales que suscriben los Estados en materia de DD. HH., los cuales minimizan los riesgos de situaciones como la que hoy vive Venezuela, para que no se perpetúen y puedan ser revertidas a tiempo.
Por eso, volviendo a los orígenes de CEPAZ, es que puede afirmar que a través de esta plataforma se educa a ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes, que a su vez, consideren a los Derechos Humanos como un marco de acción consolidado de un objetivo principal, justo ahí radica la fortaleza de la organización y su mejor manera de construir la verdadera paz, son esas formas de actuar que involucran a todos para hacer una verdadera transformación de la sociedad de manera positiva.