(Caracas, 31.08.2018. Provea). Los adultos mayores con su constancia y movilización derrotaron al gobierno. Dieron un ejemplo al resto de los sectores sociales. El gobierno pretendió imponer que para poder cobrar las pensiones tenían que tener el carnet de la patria. La respuesta fue inmediata en distintas partes del país. En Caracas hubo una importante concentración el miércoles 29 que se realizó frente a la sede principal del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en la Parroquia Altagracia. El jueves una marcha en la ciudad de Barquisimeto, estado Lara. Frente a la firme actitud de los jubilados quienes bajo la consigna “pensión sin condición” exigían que el único requisito fuera la cédula de identidad, el gobierno tuvo que retroceder. Se demostró que contra la dictadura por más fuerte que se pretenda mostrar y más represiva que sea, es posible lograr pequeñas victorias, que pueden multiplicarse en distintos lugares de nuestra geografía nacional.
La imposición del carnet es una política de segregación usada por el gobierno en su afán de ejercer un mayor control de la población y usarlo como un instrumento de humillación frente a aquellas personas que por distintos motivos son críticas con la gestión de gobierno.
Poco a poco la dictadura viene convirtiendo el chantaje como política de Estado. Condicionar el disfrute de los derechos a los caprichos e imposiciones del carnet y otras medida que se le ocurran a Maduro y la cúpula que gobierna. El cumplimiento por parte del Estado de la obligación de garantizar a la población al disfrute de los derechos establecidos en la Constitución no puede estar condicionado a medidas que generen exclusión. No podemos aceptar que se nos impongan restricciones y mucho menos que aceptemos discriminación por razones políticas.
Debemos impedir que siga avanzando esa política de chantaje. Ahora se pretende imponer también para ser beneficiario de la compra de gasolina. La aceptación pasiva de ese tipo de medidas chantajistas nos conducirá a que impongan nuevos controles, imposiciones y limitaciones. Comprendemos y no reprochamos de ninguna manera a quienes por temor se han visto obligados a sacar el carnet de la patria. Tampoco a quienes por convicción, porque simpatizan con el gobierno, lo han sacado. Lo que no podemos aceptar es que se consolide la política del chantaje y la discriminación para el disfrute de derechos y beneficios.
La derrota propinada a la dictadura por la lucha de los adultos mayores es un ejemplo a seguir. Una demostración que si es posible pese a las amenazas y la represión, conquistar victorias transformando la indignación en acción y dando respuestas organizadas, unitarias y firmes. Así debemos avanzar hasta lograr una victoria mayor: la renuncia de Maduro invocando el articulo 233 de la Constitución. Su renuncia obligaría a que el actual presidente de la Asamblea Nacional asumiera de manera provisional el cargo de presidente de la República. En una lapso de 30 días se debe establecer una fecha en tiempo razonable para realizar elecciones y así lograr que un nuevo gobierno inicie la reconstrucción del país y con ello la reconstrucción de las instituciones democrática.
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