(Caracas, 15.08.2018. Civilis DDHH). Carlos Nieto Palma, es el coordinador de la ONG Una Ventana a la Libertad, dedicada a la defensa y promoción de los derechos humanos de los hombres y las mujeres privadas de libertad, mediante el monitoreo constante de las cárceles en Venezuela.

Nieto considera que las prisiones en Venezuela se ubican como las peores de la región. El sistema carcelario de Venezuela sigue estando severamente afectado por problemas estructurales, como el retardo procesal, el hacinamiento, el deterioro de las edificaciones, la ausencia de una clasificación de presos, la carencia de servicios básicos indispensables y la posesión y tráfico de armas y drogas por parte de los reclusos. La problemática de las prisiones se ha extendido a los calabozos policiales que albergan actualmente a unos 45 mil reclusos.

La ausencia de comida se ha apoderado de los recintos carcelarios, tanto en las cárceles tradicionales como en los centros de detención preventiva. El sistema penitenciario venezolano no escapa a la situación de hambruna y a la propagación de enfermedades no atendidas que se vive Venezuela.

¿Cómo surge Una Ventana a la Libertad?

Una Ventana a la Libertad se gesta en un momento en que la opinión publica venezolana vivía consternación por la violación continua de los derechos más elementales de los reclusos, por hacinamiento, indolencia e intereses oscuros, producto de la falta de una política penitenciaria coherente.  Fue la primera organización no gubernamental venezolana que se estableció en el país para trabajar de manera exclusiva en la defensa, investigación y promoción de los derechos humanos de las personas que se encuentran privadas de libertad.

Ustedes como organización ¿Cómo ven la democracia y el Estado de derecho actualmente en Venezuela?

Para Una Ventana a la Libertad en estos momentos no hay democracia ni Estado de derecho, estamos viviendo la situación más grave en toda la historia contemporánea de Venezuela, ni si quiera con la dictadura de Marco Pérez Jiménez se vivió una situación parecida a la que hoy se vive en Venezuela. Definitivamente este es un gobierno dictatorial, donde el Estado de derecho no existe, porque todos los poderes están sujetos a lo que ordene y diga el régimen. No podemos hablar de democracia mientras siga habiendo presos políticos y seamos perseguidos por hablar.

¿Cuál sería el balance acerca de las dificultades de los recintos carcelarios?

Son muchos, en Venezuela se han creado dos sistemas penitenciarios: el tradicional, que funciona en las cárceles tradicionales bajo la conducción del Ministerio para el Servicio Penitenciario y, el nuevo, que funciona en calabozos de las policías de todos los cuerpos policiales del país ubicados en estados, municipios, sedes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), como centros de detención preventiva. En estos nuevos lugares, la situación de las personas retenidas se les ha ido de las manos. En ellos, según nuestras cifras, existen aproximadamente unas 45 mil personas privadas de libertad en 500 espacios distribuidos a lo largo de toda Venezuela. Es decir, estamos hablando de la población penitenciaria más grande que ha tenido Venezuela en su historia, donde todos viven en malas condiciones.

Los problemas de alimentación son muy graves. La ausencia de comida se ha apoderado de todos los recintos carcelarios, tanto en las cárceles tradicionales como en los centros de detención preventiva. La escasez generalizada de alimentos que se registra en el país, así como los altos costos de los insumos, dificulta que parientes y amigos de privados de libertad puedan llevarles alimentos a diario: Además, la reclusión de los privados de libertad en ciudades alejadas de sus pueblos de origen, constituye otro obstáculo para que sus familiares puedan acudir diariamente a llevarles alimentos. aunado a que también se puede constatar la presencia de enfermedades contagiosas como tuberculosis, escabiosis, entre otras, y no reciben el tratamiento requerido.

Garantizar los derechos humanos de todas las personas privadas de libertad es responsabilidad exclusiva del Ministerio para el Servicio Penitenciario, independientemente de dónde estén recluidas y cuál sea su condición procesal.

¿En qué está trabajando actualmente una ventana a la libertad?

Trabajamos en el monitoreo y las denuncias de las situaciones que se viven en las cárceles venezolanas y en los centros de atención preventiva. Seguimos dictando talleres de formación en derechos humanos a familiares de personas privadas de libertad y, además, hacemos seguimiento y continuamos denunciando las violaciones que se cometen en los centros penitenciarios de Venezuela ante las instancias internacionales de protección de derechos humanos.

¿Qué motiva a Nieto a continuar con esta labor?

Creo en lo que hago, estoy totalmente convencido que los derechos humanos tienen que respetarse.