(Caracas, 23.04.2018, Civilis DDHH). Alexis Ramírez es Coordinador General de Excubitus – Derechos Humanos en Educación, organización que nació como una nueva etapa de labor cívica de un grupo de miembros de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (FENASOPADRES), cuando sus hijos e hijas culminaron la educación básica y como padres responsables se propusieron seguir luchando por la defensa de una Educación libre, democrática de calidad y para todos. EXCUBITUS DHE se fundó con el fin de monitorear, fortalecer, promover, defender y procurar el cumplimiento de garantías al goce y ejercicio del derecho a la educación, la libertad de asociación, la participación y el derecho a la manifestación pacífica en Venezuela.

¿Qué motivó a Alexis realizar esta labor?

Cuando mis hijos estaban en el colegio pensé que la vida escolar podía ser diferente, con una mayor participación y poder de decisión de los padres. Yo pertenecía a la Junta Directiva de la Sociedad de Padres y Representantes y encontrando coincidencias con otros padres con esos mismos intereses, comenzamos a trabajar con FENASOPADRES, quienes transitaban ese mismo camino. Con el tiempo, a través de un acercamiento con Civilis DDHH, nos enteramos que lo que nosotros estábamos haciendo era defender el derecho a la Educación, a la Asociación, a la Participación y a la Reunión Pacífica. Empezamos a capacitarnos, a reunirnos con personas que estaban en nuestro mismo camino, a innovar y a transmitir nuestro mensaje. Durante mi desempeño como Coordinador de Fenasopadres y luego como Coordinador General de EXCUBITUS hasta el día de hoy, hemos estado defendiendo tanto nacional como internacionalmente los cuatro derechos contenidos en nuestro mandato. EXCUBITUS – vigilante en latín – ha sido y es el canal a través del cual expreso mi visión de la justicia, la equidad y la fe en el futuro y la esperanza de que los hijos de todos alcancen el futuro que solo la educación les puede garantizar.

¿Qué retos encontraste durante la labor que has venido realizando?

El gran reto que enfrentamos desde nuestro inicio como defensores es que las personas, en especial padres y representantes, alumnos y docentes, desconocen cuáles son sus derechos, como ejercerlos, como defenderlos y es por ello que nos hemos dedicado de manera intensiva a la educación y promoción de los derechos que trabajamos. Otra barrera importante es la poca organización efectiva. A pesar de la existencia de Sociedades de Padres y Representantes, Centros de Estudiantes y Sindicatos docentes, en sus modalidades tradicionales y otras estructuras paralelas creadas por las últimas administraciones, el trabajo de estas organizaciones no se orienta a la defensa de sus derechos sino a tareas menores que a través de normas, legales y sublegales, las mencionadas administraciones les han impuesto, en violación flagrante a su derecho de asociación, a fin de mantenerlas alejadas de su fin primordial: la defensa de la educación libre, democrática y de calidad para sus hijos. Tanto desde FENASOPDRES como desde la fundación de EXCUBITUS, nos hemos propuesto la meta de crear un movimiento de defensores de derechos humanos en educación, sólido y comprometido. Ese movimiento continúa creciendo y ya existe al menos en 12 estados del país.

¿Cuál sería el balance acerca de las dificultades en educación?

Las dificultades son muchas, de variada índole e intensidad. Hemos presentado informes a los Sistemas Interamericano y Universal que revelan el estado deplorable de la educación en el país. En Venezuela no se garantizan los estándares mínimos del Derecho a la Educación. En primer lugar, existe más de un millón de niños, niñas y adolescentes fuera del sistema escolar y de los que están dentro, más de un millón no asiste regularmente por diversas causas, encabezadas por el segmento más pobre, debido a la falta de alimentos tanto en el hogar como en la escuela. En segundo lugar, no hay escuelas, liceos, laboratorios y aulas suficientes para que los niños, niñas y adolescentes reciban educación de calidad. Sabemos que más de 60% de los planteles de educación básica no están cubiertos por el plan de suministro de alimentos, derecho que el Estado tiene la obligación de garantizar. En tercer lugar, al déficit de maestros y profesores, calculado por organizaciones gremiales en 150.000, especialmente en materias científicas como física, química y biología, además de inglés, se suma el fenómeno del éxodo a otros países principalmente por razones salariales. En cuarto lugar, la inseguridad y violencia en las escuelas ha alcanzado niveles críticos. Además del robo de equipos de oficina y computadoras, ahora es frecuente el de los alimentos de las cocinas escolares. La violencia intra y extra escolar ha cobrado varias víctimas entre los adolescentes y el acoso escolar se ha incrementado de manera alarmante, sin programas que atiendan este serio problema. Por último y no por eso menos importante, la opacidad de las cifras oficiales en materia de educación, en violación flagrante al derecho a la información pública, es total. Desde el año 2015 no se dispone de la Memoria y Cuenta del Ministerio, lo cual obliga a la utilización de cifras estimadas e indirectas para realizar el seguimiento que exige nuestro mandato.

¿Cuáles son los derechos de niños, niñas y adolescentes en cuanto al tema de la educación?

El derecho a recibir una educación de calidad, que respete todas las corrientes del pensamiento, cuya finalidad sea desarrollar el potencial de la persona humana y establecer una cultura de derechos humanos está establecida desde la Declaración Universal, pasando por el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, hasta la Ley Orgánica de Educación. Sin embargo, el desconocimiento de todos estos cuerpos normativos en ese aspecto es elevado. El derecho a la educación comprende cuatro aspectos fundamentales que deben ser garantizados para poder decir que se cumple el derecho a la educación. El primero es la disponibilidad de instituciones y programas de enseñanza, edificios con instalaciones sanitarias, agua potable, materiales de enseñanza, tecnología de información y algo crucial, docentes calificados con salarios competitivos. El segundo es la accesibilidad en sus cuatro dimensiones: la no discriminación -es decir, educación para todos, la accesibilidad material, la accesibilidad económica, uno de los pilares de nuestra defensa que consiste en la verdadera gratuidad de la educación donde no solo la matricula sea cubierta por los impuestos, sino que lo padres no deban costear de sus bolsillos el transporte, los útiles, los uniformes y la alimentación; y la accesibilidad geográfica, lo cual significa instituciones a menos de un kilómetro del hogar. El tercer aspecto es la aceptabilidad, de acuerdo con la cual los currículos y programas deben ser aceptados por padres, docentes y alumnos, culturalmente aceptables y de calidad y, el cuarto aspecto, es la adaptabilidad de la educación a una sociedad que se transforma constantemente. El Estado está en el deber de respetar, proteger y cumplir la garantía del derecho a la educación, donde cumplir significa facilitar y proveer.

¿En qué están trabajando actualmente?

Además de nuestras labores de difusión de información y conocimientos en la defensa del derecho a la educación a través de nuestro sitio web www.excubitusdhe.org y nuestras redes sociales, trabajamos en dos áreas principales. Participamos en un proyecto para potenciar a los actores de la educación, padres, alumnos y docentes a través de estrategias que enfrenten lo que consideramos una emergencia humanitaria compleja en educación. Esta emergencia, a diferencia de la emergencia en salud, por ejemplo, no es percibida como tal por la sociedad. Afortunadamente, no produce muertes, pero si la pérdida de generaciones en cuanto a su preparación para desarrollar el potencial que le permitan contribuir al desarrollo del país. Ya hemos perdido una generación. Trabajamos para recuperarla y evitar perder otras.

Por otra parte, y con el mismo objetivo, trabajamos en un proyecto a largo plazo, con etapas a corto y mediano plazo para introducir la Educación en Derechos Humanos en la escuela primaria y secundaria, lo cual significa no solo impartir conocimientos en Derechos Humanos, sino lograr que la educación se desarrolle en un ambiente de respeto y promoción de estos derechos. Solo así, nuestros niños, niñas y adolescentes de hoy vivirán como adultos creyentes y practicantes de los Derechos Humanos. Solo así, nuestros docentes podrán garantizar un futuro de paz y prosperidad.

¿Cómo pueden las personas incorporarse a este trabajo y de qué forma esto puede hacerse en este contexto?

Toda persona que tenga un hijo, nieto, sobrino, ahijado en la educación puede y debe convertirse en un defensor del derecho a la educación. Muchas lo hacen sin saberlo y sin la formalidad del caso, pero el conocimiento y la organización son la clave para lograr una educación libre y democrática, de calidad y para todos. Acérquese a la escuela, a las organizaciones que defienden el Derecho a la Educación, pida información, entérese, prepárese, únase a una organización o cree la suya. Exija sus derechos. El derecho a la educación no se mendiga, no es una dádiva, es un Derecho Humano que el Estado debe garantizar y como tal se debe defenderse y ejercerse.

¿Éste es el fin o el comienzo?

Siempre he sido irremediablemente optimista. No creo en opciones fatalistas. La grandeza de las personas y los pueblos no está en no caer, sino en saber levantarse tantas veces como sea necesario para lograr el futuro que se merecen. Por eso creo firmemente que no hay fuerza más poderosa que el amor a nuestros hijos. Una madre me dijo una vez en una charla: -claro que tengo miedo, pero el amor a mi hijo es más grande que todo el miedo del mundo. Esa fuerza está unida por la frase de Andrés Eloy Blanco: “cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo”. Toda esa gran fuerza, amalgamada por la defensa del Derecho a la Educación nos hará un país, grande, próspero y respetuoso de los Derechos Humanos.

Para finalizar ¿Qué te inspira continuar con esta labor?

Lo que me hace levantar todas las mañanas es el propósito de tener un país donde todos los Derechos Humanos se cumplan, pero sobre todo creo que el futuro depende de lograr que el Derecho a la Educación se respete, garantice y proteja plenamente. Esa será la demostración palpable del amor a nuestros hijos y la herencia más valiosa que le podemos dejar.