(Caracas. 11.02.108. Rafael Uzcátegui/ Tal Cual). 1) Sea parte del avispero (y no del camión de cochinos): Un enjambre debilita, desde diferentes puntos, a un adversario común. En el momento de la ofensiva las avispas trabajan, junto a otras avispas, para clavar su aguijón en el punto que consideran más efectivo para neutralizar su adversario. No se detienen para criticar a las otras que han decidido atacar por otros lados, pues saben que la suma de todos los piconazos diferentes serán importantes para alcanzar el objetivo común. En cambio, todos los cerdos encerrados en un camión van al matadero, sin resistencia, por que gastan sus energías únicamente en quejarse de todo: Del encierro, de lo que hacen o dejan de hacer los otros cochinos en ese momento y hasta del propio camión.
2) Las ideas están para discutirse –a veces intensamente-, las personas para respetarse: ¿Sabía usted que Joseph Stalin fue uno de los impulsores de la estrategia de desacreditar al mensajero en vez de refutar sus argumentos? Esta peculiar práctica política ha sido incorporada progresivamente por sectores en lucha por la democracia y ha sido tan efectiva que la dictadura ha creado decenas de cuentas fantasmas en redes sociales para azuzar las peleas intestinas basadas en los adjetivos descalificativos contra las personas.
3) Ni se aísle ni dejen que lo incomuniquen: La dictadura es minoritaria y su principal estrategia es la fragmentación, la división de los contrincantes y la inoculación de la sospecha entre ellos para imposibilitar cualquier acción conjunta. El tuiteo en solitario debe complementarse con la existencia de espacios para la construcción de ciudadanía, donde nos ponemos de acuerdo con otros, que son diferentes a nosotros, para la acción colectiva.
4) Colabore, gestione y mantenga medios de información verificada y de calidad: El aliado de las dictaduras es la invisibilidad. Y como el ocultamiento en tiempos de redes sociales es casi imposible la dictadura ensucia los flujos informativos con datos falsos, para viralizar la desconfianza de las propias plataformas. Por ello es una labor “política”, en todo el sentido del término, verificar la información que divulgamos en los medios a nuestro alcance y contribuir a la construcción de narrativas de calidad con hechos y datos confiables.
5) Vigorizar la confianza a lo interno de la comunidad en resistencia la fortalece: Los movimientos sociales necesitan una identidad compartida entre sus integrantes, pero especialmente en Venezuela funcionan más y mejor las relaciones de confianza que las institucionalizadas. El sentir con los otros y sentirse cómodo trabajando con ellos se genera y multiplica de muchas maneras: Creando espacios de encuentro y confluencia, reconociendo lo positivo de los esfuerzos ajenos, haciendo balance de lo aprendido, etc.
6) Enfóquese en dar el siguiente paso de la mejor manera y no en retornar a la democracia de manera “express”: El sentimiento maximalista del todo o nada, o la inmediatez de resultados, abre camino a las frustraciones y la desesperanza.
No siempre la historia es cambiada por un suceso sino por diferentes pasos y etapas que logran el objetivo deseado. Concéntrese en su siguiente actividad en resistencia y trate de realizarla lo mejor posible, para dar el siguiente paso.
7) Promover recuerdo y memoria es una forma de resistir al totalitarismo: El “hombre nuevo bolivariano” sólo es posible si olvidamos lo que fuimos alguna vez, con sus matices y diversidades. La identidad cultural construida tras años de eventos, sucesos y personajes es un antídoto contra la imposición ideológica de cualquier signo.
8) Trate de ser lo más feliz posible: Los autoritarios lo quieren resignado y deprimido. Parte de las estrategias de autocuidado es continuar realizando, pese a las circunstancias, las actividades que lo hacen sentir bien. Celebre lo que deba festejar, reúnase lo más posible con sus seres queridos, tome vacaciones o disfrute de sus actividades predilectas de cuando en cuando, aunque sea algunas horas. Necesitamos aliados en resistencia vivaces, proactivos, felices y en paz consigo mismos.
Poética de la resilencia, por Rafael Uzcátegui / Tal Cual. Ver Artículo