(Washington D. C. 16/10/2017. OEA) En el día de ayer se realizaron elecciones para gobernadores en Venezuela. No vamos a pronunciarnos sobre las irregularidades del proceso, dado que las mismas repiten variables de ilegalidad, incertidumbre y fraude que ya hemos venido denunciando desde nuestra primera comunicación a la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, en noviembre de 2015. Esas mismas denuncias las reiteramos respecto al proceso de elección de la asamblea nacional constituyente o a la anulación del referéndum revocatorio.
Hoy nos hubiera gustado saludar a los ganadores y celebrar la realización de una fiesta cívica. Sin embargo, tenemos que expresar el escepticismo, y denunciar la falta de garantías que son recurrentes en actos electorales que hacen las dictaduras.
La Secretaría General de la OEA rechaza todos los actos ilegítimos convocados por gobiernos ilegítimos, y condena especialmente, una vez más, los abusos a los derechos civiles y políticos del pueblo venezolano por parte del régimen.
No se pueden reconocer los resultados de una elección en un país en el cual no existen garantías para el ejercicio efectivo de la Democracia.
Es muy claro que cualquier fuerza política que acepta ir a una elección sin garantías se transforma en instrumento esencial del eventual fraude, y demuestra que no tiene reflejos democráticos como para proteger los derechos de la gente, en ese caso, el voto.
Este tipo de acción no es nueva: sucedió primero cuando se anuló el referéndum revocatorio y se repitió cuando no se respetaron los compromisos de la consulta del 16 de julio.
Esta es una importante lección para todos, para la dirigencia política de Venezuela y para la comunidad internacional.
Solamente podemos esperar resultados como éstos -fraude y violación a los Derechos Humanos- si la estrategia y acción política se alejan de los principios y valores democráticos, y se conforman con acuerdos fáciles y circunstanciales.
Ninguna elección en Venezuela dará garantía a los electores a no ser que se realice con observación internacional calificada -y especialmente por parte de esta Organización- que vele por un proceso transparente y ajustado a la legalidad.
Para generar una recomposición democrática en el país, la dirigencia política opositora deberá unirse a la gente y a los pocos líderes que, en consonancia con sus principios, entendieron en todo momento que la ciudadanía de Venezuela quiere libertades y no está dispuesta a seguir las reglas de la dictadura.
Consideramos que ya no es tiempo de resoluciones o declaraciones, aunque apreciamos que las últimas que se han realizado son contundentes y reflejan de manera más adecuada la agenda que propusimos el 30 de mayo de 2015: elecciones generales, liberación de todos los presos políticos, separación de poderes y respeto a la institucionalidad, así como apertura de un canal humanitario.
La Secretaría General de la OEA, por su parte, continuará las líneas de acción que han sido enunciadas:
- a) continuar los procesos que se llevan adelante para determinar el apoyo a las denuncias por crímenes de lesa humanidad por parte de autoridades del régimen en Venezuela
- b) promover y legitimar la aplicación de sanciones contra el régimen venezolano
y c) apoyar a la institucionalidad democrática venezolana que hoy debe funcionar en el exilio.